Por orden judicial y 2 años después, Garduño pide disculpas por incendio en estación migratoria en Ciudad Juárez
Obedeciendo a una orden judicial, dos años y medio después e impasible ante las víctimas, el ex comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, ofreció este viernes una disculpa pública a las víctimas directas e indirectas del incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, ocurrido el 27 de marzo de 2023.
“A todos les ofrezco con humildad una profunda disculpa por el sufrimiento y daño causado a ustedes y a sus familias, que vieron cambiar sus vidas para siempre. A las víctimas sobrevivientes y lesionadas también reitero mis disculpas por las consecuencias permanentes que han quedado en sus vidas, de manera concreta en la afectación de su salud física, mental, cognitiva y emocional”, dijo el ex comisionado en un discurso leído que duró 12 minutos.
Aunque después de nombrar a las 40 personas fallecidas y 27 lesionadas reconoció que los hechos fueron inaceptables y que no hay palabras que puedan resarcir ni devolver las condiciones que las personas migrantes tenían antes del 27 de marzo de 2023, seguido a ello Garduño desplazó la responsabilidad sobre los hechos.
Señaló que el INM opera a través de oficinas de representación en las distintas entidades federativas, las cuales cuentan con un representante, quien es el encargado de velar por las condiciones adecuadas en las estaciones migratorias para garantizar su debido funcionamiento, implementar protocolos y proveer condiciones de seguridad.
“Cabe destacar que en la suspensión condicional del proceso derivado de la causa penal 237/2023, misma que se sigue en mi contra por el ejercicio ilícito del servicio público, el juez federal determinó el cumplimiento de diversas medidas por las afectaciones patrimoniales, morales y psicológicas de ustedes, víctimas, entre ellas este acto de disculpa pública”, dijo para aclarar después que, según él, no se trataba de una mera formalidad.
“No estamos aquí para escuchar palabras vacías”
Ante ello, Wilson Alexander Juárez, de 23 años, quien sobrevivió al incendio y vive con secuelas en todo su cuerpo, se dirigió desde el presidium a Garduño para decirle que un juez lo quiere liberar de sus culpas sin tomar en cuenta lo que las víctimas sienten. “Solo nosotros sabemos lo que estamos pasando”, puntualizó.
“Casi me muero dos veces, usted siguió con su puesto, pudo pedir las disculpas antes, pero lo hace hasta hoy para salir con las manos limpias. Eso no es así, señor Garduño”, le espetó. Además, reclamó que de su parte no ha recibido ninguna compensación económica, ni ayuda terapéutica o psicológica. “Usted no nos ha dado ni un peso a nosotros; la disculpa pública que dio no es justa; nos ha cambiado la vida”, añadió.
Viangly Infante, esposa de Eduardo Jesús Carballo López, de Venezuela, le dijo al comisionado: “Muchas gracias por darnos la cara hasta ahora”. Reclamó que las víctimas y sus familias necesitaban una disculpa real, así como la determinación de responsables concretos y consecuencias reales para ellos. “No estamos aquí para escuchar palabras vacías”, afirmó.
“Dios hará justicia, y con una disculpa jamás van a sanar las heridas”, contestó Florinda Xol, madre de Byron López Xol, fallecido como consecuencia del incendio en la estación migratoria. Pidió al culpable que se pusiera la mano en la conciencia, pues una disculpa no arreglará las consecuencias y alguien que no está en su lugar jamás lo entendería.
“Tiene usted un buen abogado, que lo cubre de todo”
“Tiene usted un buen abogado que lo respalda, que lo cubre de todo esto que se ha hecho; yo lo perdono, yo no tengo odio en mi corazón, no tengo rencor, no le deseo el mal... Mando un mensaje acá a los sobrevivientes, a los fallecidos: seguimos en lucha, no bajaremos los brazos, seguiremos porque esta migración ha matado a mucha gente, han violado a muchas mujeres a lo largo del tiempo”, respondió Stefan Arango, sobreviviente del incendio en Ciudad Juárez, a la disculpa de Francisco Garduño.
Le aclaró que no se trató del primer incendio, y le reclamó no haber hecho lo que dictaban los protocolos pese a que tenía el control en sus manos. La disculpa, dijo, no basta, porque hoy él preferiría pasar la selva mil veces más que volver a cruzar México, siendo un país tan hermoso. Como los demás, él iba detrás de un sueño, que fue roto, pisoteado y humillado por personas que visten uniforme y deberían tener respeto a los migrantes.
Unos minutos antes de que se iniciara la disculpa, su papá, Gustavo, recordó cómo Stefan fue detenido el mismo día del siniestro y hasta hoy arrastra las secuelas, que son imborrables, para toda la vida. A Stefan le queda el miedo y la dificultad de estar en lugares cerrados o donde haya fuego, además de un problema respiratorio que persiste.
“Esta disculpa no remedia nada; uno tiene que seguir, con una disculpa tú no vas a hacer volver a esos muchachos que fallecieron, a los sobrevivientes que quedaron con muchas secuelas. Siempre hay un dios arriba, y eso se lo dejamos a él”, dijo el papá de Stefan, para después pedirle a las autoridades mexicanas mucha prudencia y ponerse la mano en el corazón.
Desde su salida al patio del Museo de la Ciudad —se encontraba en el recinto desde antes de que empezara el evento—, Garduño mantuvo un rostro inexpresivo, sin ningún gesto de empatía hacia las familias. Cuando su discurso de 12 minutos acabó, solo un silencio llenó el espacio. Escuchó las respuestas de las familias y al terminar el acto, una de las víctimas indirectas se acercó a él para expresar sus inconformidades.
Sostuvo que no ha recibido ninguna reparación ni ayuda, y solo recibió la respuesta de uno de los hombres que rodeaban a Garduño. El ex comisionado ni siquiera volteó a verla, permaneció en silencio, como lo había hecho el resto del tiempo que no ocupó para su discurso, y abandonó el museo entre al menos seis escoltas.