¿Primera vez que EU promete frenar el paso de armas a México? No, es una promesa incumplida desde hace tres décadas
Como parte de los acuerdos con Donald Trump para posponer la imposición de aranceles a México, la Presidenta Claudia Sheinbaum dijo que “por primera vez” Estados Unidos se comprometió a trabajar de manera conjunta “para evitar que las armas de alto poder entren a México”. Sin embargo, ésta es una promesa incumplida por varios antecesores de Trump en la Casa Blanca.
Durante las últimas tres décadas, gobiernos demócratas y republicanos han reconocido la responsabilidad estadounidense por la fabricación y venta de armas a carteles mexicanos; además de comprometerse a colaborar para impedir el tráfico de armas hacia territorio nacional, sin que esto se refleje en acciones concretas y una reducción significativa de esa problemática.
El último reporte de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en inglés) señala que 74 por ciento de las armas recuperadas en México entre 2017 y 2021 provenían de Estados Unidos.
La organización Small Arms Survey calculó que en 2017 había cerca de 16 mil 800 armas de fuego provenientes de ese País en manos de civiles en México, donde se padece una crisis de violencia, con más de 85 asesinatos al día.
Desde 1997 el entonces mandatario estadounidense, Bill Clinton, promovió que su país aceptara un tratado internacional para el control de armas, el de la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Materiales Relacionados (CIFTA), pero no logró avanzar en el Congreso estadounidense, entre otras razones, por la presión de grupos pro-armas en aquel país.
El investigador de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Tomás Milton Muñoz, destacó que el acuerdo mencionado por Sheinbaum no está formalizado por Trump, por lo que puede ponerse en duda si es un compromiso real.
“No hay por parte del gobierno estadounidense ningún elemento que en este momento nos permita indicar que van a trabajar para evitar este ingreso ilícito de armamento. Insisto, una cosa es la declaración de cada uno de los presidentes y otra la realidad”, señaló.
Milton Muñoz apuntó que Donald Trump llegó al poder de nueva cuenta apoyado por grupos conservadores como la Asociación Nacional del Rifle (NRA), a quienes prometió en febrero de 2024 que eliminaría todas las restricciones de Joe Biden para propietarios y fabricantes de armas.
La falta de medidas por parte de Estados Unidos para regular o prohibir la venta de armas de fuego tiene como contexto que ese país es el mayor mercado de armas del mundo. Se estima que en toda su superficie hay más de 77 mil establecimientos donde se pueden comprar armas.
De acuerdo con un informe de IBIS World, estas tiendas generaron entre 2014 y 2018 aproximadamente 11 mil millones de dólares, mientras que los fabricantes de armas y municiones obtuvieron 17 mil millones de dólares en ingresos.
En distintos discursos, la Presidenta Sheinbaum ha cuestionado que Estados Unidos exija a México más acciones para frenar el tráfico de fentanilo, mientras ese País tiene un grave problema de consumo, y de tráfico de armas que sirven a grupos violentos en México.
Promesas contra el tráfico de armas, de Bush a Trump, pasando por Obama
El republicano George W. Bush defendía derechos de los propietarios de armas, y en 2005 apoyó la Ley de Protección del Comercio Legal de Armas (PLCAA, por sus siglas en inglés), que le otorgó inmunidad a los fabricantes y distribuidores de armas de fuego frente a demandas por tiroteos.
En 2009, ya en los últimos días de su mandato, afirmó tras una reunión con el entonces Presidente Felipe Calderón: “Estados Unidos de América quiere compartir y ayudar a resolver el problema en ambos lados de la frontera. Cuanto menos drogas consumamos, menos presión habrá en México. Tenemos la responsabilidad de ayudar a evitar que las armas pasen de Estados Unidos a México”.
Esto, aunque un par de años después el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló que su Gobierno había permitido la entrada ilegal a México de 350 armas, como parte de la operación “Receptor Abierto”.
En el siguiente gobierno, el Presidente Barack Obama (2009-2017) prometió presionar al Senado estadounidense para ratificar el acuerdo CIFTA, aunque este tampoco fue aprobado. De igual forma, en una visita al País reconoció la responsabilidad de Estados Unidos en la violencia armada ligada al narcotráfico, y abogó por una acción coordinada con México.
“Nuestra insaciable demanda de drogas ilegales alimenta el tráfico de drogas”, dijo la Secretaria de Estado de Obama, Hillary Clinton, en marzo de 2009. “Nuestra incapacidad para impedir el contrabando ilegal de armas a través de la frontera para armar a estos delincuentes provoca la muerte de agentes de policía, soldados y civiles”, agregó entonces.
Durante el mandato de Obama se dio parte del Operativo Rápido y Furioso de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, con el que se dejaron pasar a México decenas de armas, supuestamente para poderlas rastrear y hallar a criminales, aunque con ellas se cometieron asesinatos. Obama se deslindó, mencionando que no había sido informado de dicho operativo.
En el caso de Donald Trump, durante su primera administración (2017-2021) habló de que Estados Unidos debía cooperar para disminuir el número ilegal de armas que llegaba a México, sin embargo la solución que planteó fue el muro fronterizo.
Al firmar la orden ejecutiva para reforzar su construcción, en enero de 2017, dijo que el muro supuestamente ayudaría a “desmantelar los carteles y a evitar que el dinero y las armas ilegales salgan de Estados Unidos y entren en México”.
Ya con el Gobierno de Joe Biden (2021-2025) se adoptó el Entendimiento Bicentenario en 2021 para disminuir, entre otras cosas, el tráfico de armas, pero no se presentó un informe detallado de resultados.