Sheinbaum arremete contra quienes convocan a la violencia y a intervención extranjera
Quienes convocan a la violencia y a la intervención extranjera se equivocan, ya que el pueblo dice nunca más al racismo, al clasismo y a la discriminación, porque México avanza por la senda de la honestidad, de la paz, de la democracia y de la justicia, manifestó la Presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo al encabezar el desfile por el 115 Aniversario de la Revolución Mexicana.
“El que convoca a la violencia, se equivoca; el que alienta al odio, se equivoca; el que cree que la fuerza sustituye a la justicia, se equivoca; el que convoca una intervención extranjera, se equivoca; el que convoca, el que piense que aliándose con el exterior tendrá fuerza, se equivoca; el que cree que las mujeres somos débiles, se equivoca; el que cree que la Transformación duerme, se equivoca; el que piensa que las campañas de calumnias y mentiras hacen mella en el pueblo y en los jóvenes, se equivoca; el que piensa que el pueblo es tonto, se equivoca”, afirmó desde la Plaza de la Constitución.
Sostuvo que México vive un momento en el que el poder se utiliza para servir y no para someter, por lo que nadie podrá detener al pueblo y al gobierno cuando están juntos.
“Mexicanas y mexicanos: Nuestra historia lo ha demostrado una y otra vez: Cuando caminamos juntos con los principios que nos han guiado, nada nos detiene. México avanza hoy, más que nunca, con un pueblo con dignidad y con memoria. México avanza por la senda de la honestidad, de la paz, de la democracia y de la justicia. ¡Que viva la Revolución Mexicana!”, agregó.
Sheinbaum Pardo destacó que cuando un pueblo conoce su historia y defiende sus conquistas, no volverá a caminar hacia la injusticia, por lo que no tienen cabida los discursos que normalizan la violencia, que glorifican la imposición y que pretenden un país para unos cuantos.
“Ya no hay imposiciones ni privilegios, hay Constitución, hay democracia y hay un gobierno que escucha, que respeta y que responde a su pueblo, hoy las libertades no solo se otorgan desde arriba, se ejercen desde abajo, desde cada barrio, cada comunidad, desde cada voz que habla con dignidad, porque en México ya nadie es silenciado, ya nadie es perseguido por pensar distinto y eso es una conquista del pueblo de México”, señaló.
Recordó que Francisco I Madero y los hermanos Flores Magón se enfrentaron a un México bajo el mando de Porfirio Díaz, en el que había explotación, racismo social, injusticias cotidianas, con las libertades políticas canceladas, la prensa independiente era acosada, los opositores eran vigilados, exiliados o silenciados y las elecciones eran una simulación.
Por ello, hizo un llamado a no olvidar el periodo neoliberal, que significó 36 años de pobreza, desigualdad, corrupción y privilegios para unos cuantos.
“Quienes hoy reivindican la mano dura, la fuerza por encima de la ley, los que reivindican la ultraderecha o esa libertad que solo disfrutan los privilegiados, no conocen la historia de México ni a nuestro pueblo. El porfiriato de entonces es al mismo al que quieren convocar ahora: al del despojo, al del exterminio silencioso, al de la esclavitud, al de una prensa callada, al de una paz impuesta. Tampoco hay que olvidar el periodo previo al de la actual Transformación: 36 años de regresiones, pobreza, desigualdad, corrupción y privilegios; el periodo neoliberal”, expuso.
Puntualizó que cuatro Transformaciones han marcado la historia de México: la Independencia, la Reforma y la Revolución, las cuales fueron armadas. Y la Cuarta —que inició en 2018— es pacífica decidida mayoritariamente por el pueblo de México, que reivindica la justicia, la libertad, la democracia y la Prosperidad Compartida.
“¡México no volverá a caminar hacia atrás! La paz y la tranquilidad son fruto de la justicia”, agregó.
La Presidenta de México, acompañada por los secretarios de la Defensa Nacional, General Ricardo Trevilla Trejo, y de Marina, el Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, realizó el izamiento de la bandera monumental, asimismo pasó revista a las tropas.
Como parte de la conmemoración, la Presidenta presenció la declamación “Lealtad: Ayer y Hoy” a cargo de dos cadetes del Heroico Colegio Militar, la escenificación de la Revolución Mexicana a cargo de mil 910 integrantes del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional, así como de un popurrí de bailables revolucionarios por parte del Mariachi de la Secretaría de Defensa Nacional.
El General de División Juan José Gómez Ruiz, Comandante de la Cuarta Región Militar, rindió el parte y concluyó sin novedad.
Desfilaron ante el pueblo de México una bandera monumental, cuatro estandartes de guerra, 2 mil 759 integrantes del Ejército y Fuerza Aérea, 19 deportistas, 100 charros, 44 civiles, 62 niños, 34 vehículos terrestres, nueve vehículos antiguos, 503 caballos y 23 aeronaves.
El Secretario de la Defensa Nacional, general Ricardo Trevilla Trejo, reiteró el compromiso de las Fuerzas Armadas de México de seguir sirviendo a la patria y al pueblo.
Además, destacó que la Revolución Mexicana no solo es el origen del Ejército Mexicano, sino que es también, la base de la historia del país, de la identidad y pilar de la mexicanidad.
La Secretaría de la Defensa Nacional adelantó que el desfile reviviría tres episodios clave de la Revolución: el Plan de San Luis, la Marcha de la Lealtad y la Promulgación de la Constitución de 1917, con carros alegóricos que recrean esas etapas del movimiento.
Una de las novedades fue el énfasis en la participación de las mujeres, con contingentes y carrozas que llevaron nombres y símbolos de figuras como Sara Pérez Romero, Refugio “Madre Cuca” Esteves, Hermila Galindo y la piloto Emma Catalina Encinas, además de un vehículo con cofia alusiva a la primera enfermera militar del País.
El desfile cívico-militar por el 115 Aniversario de la Revolución Mexicana se llevó a cabo el 20 de noviembre en la Ciudad de México, con una ruta modificada que concluyó sin incidentes, en medio de un operativo de seguridad sin precedentes desplegado por el Gobierno capitalino ante la convocatoria simultánea de una marcha de la Generación Z.
Por primera vez en la historia de esta ceremonia, el contingente no avanzó hacia Campo Marte, sino que terminó en el Monumento a la Revolución, en un trayecto de menos de 3 kilómetros que recorrió 5 de Mayo, Eje Central, Avenida Juárez y Avenida de la República.
El cambio obedeció a la convocatoria de la Generación Z, que planeaba marchar del Ángel de la Independencia al Zócalo por Paseo de la Reforma, en su segunda protesta en menos de una semana tras los enfrentamientos del sábado anterior que dejaron más de un centenar de heridos y varios detenidos.
El desfile, presenciado por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, partió del Zócalo a las 11:40 horas y la vanguardia llegó al Monumento a la Revolución a las 12:09 horas.
Agentes y cadetes de la Guardia Nacional fueron desplegados alrededor de la plancha del Zócalo en una doble fila para vigilar el perímetro de la plaza, algo que no se había visto en una ceremonia de este tipo.
Además, cientos de policías con equipo antimotines, a bordo de camionetas, hicieron base en calles paralelas al desfile, en particular en la zona del Centro Histórico.
Se cerró un mayor número de estaciones del Metro de las que usualmente quedan deshabilitadas: a las estaciones Zócalo y Allende se sumaron Pino Suárez e Hidalgo, lo que provocó que miles de usuarios tuvieran que caminar y buscar otros medios de transporte.
El trayecto estuvo blindado por trabajadores del Gobierno capitalino, especialmente de la Secretaría de Gobierno y dependencias locales, desplegados desde el amanecer sobre 5 de Mayo, 20 de Noviembre y Eje Central para ocupar las primeras filas de las vallas.
Una trabajadora de la Segob confirmó al diario Reforma, que la instrucción era no permitir el paso a gente provocadora en el Zócalo y el recorrido del desfile.
Cientos de vallas fueron colocadas en edificios y monumentos clave, mientras que el paso de vehículos al Centro estuvo limitado.
La marcha convocada por la Generación Z registró una baja asistencia.
A una hora de la convocatoria, no se apreciaban contingentes fuertes de jóvenes para marchar del Ángel de la Independencia al Zócalo, ni en la UNAM.
En el Ángel, que se encontraba amurallado por placas de metal, había al menos 50 personas, mientras que en la Biblioteca Central de la UNAM, una hora después de la cita, ningún alumno llegó.
No obstante, en varios nodos de Paseo de la Reforma y Juárez hubo momentos de tensión, cuando apenas unas cuadras separaban ambas columnas.
La vanguardia del desfile logró llegar al Monumento a la Revolución antes de que la marcha alcanzara esa zona, cumpliendo el objetivo operativo-militar de separar ambos flujos.