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Salud

Tras prueba piloto, 24% de mujeres trabajadoras dan positivo a VPH

Las mujeres trabajadoras señalan que sus largas jornadas no les permiten asistir a unidades médicas para la detección del VPH. El IMSS emprendió una prueba piloto en Ciudad Juárez, pero el país no ha recuperado la cobertura de vacunación y registra 4 mil muertes anuales por cáncer cervicouterino

Un 24% de las mujeres trabajadoras de Ciudad Juárez que participaron en una prueba piloto de detección de virus del papiloma humano (VPH), causante del cáncer cervicouterino, resultó positiva.

Mientras tanto, nuestro país no recupera la cobertura de vacunación, está lejos de alcanzar los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y mantiene un promedio de más de 4 mil muertes anuales por ese tipo de cáncer desde hace más de seis años.

La prueba, coordinada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), partió, por un lado, de la adscripción de México a la estrategia de la OMS para erradicar el cáncer cervicouterino, y por otro, de la necesidad de mejorar la cobertura de detección en población trabajadora, pues desde hace varios años, las mujeres han señalado sus largas jornadas laborales como un obstáculo para acudir a unidades médicas.

En Ciudad Juárez, donde hay una presencia predominante de empleos de maquila, existen 210 mil trabajadoras en total; alrededor de 95 mil de ellas tienen entre 35 y 65 años, que es la edad de mayor riesgo para desarrollar cáncer cervicouterino, explica en entrevista la doctora Olga Georgina Martínez Montañez, directora de Prestaciones Económicas y Sociales del IMSS.

Mediante una donación de 35 mil pruebas de la empresa farmacéutica Roche, se aplicaron hasta noviembre de este año 12 mil pruebas en 65 empresas, con un 24% de positividad. En tanto, en Quintana Roo, donde la prueba piloto apenas va en mil muestras, se ha registrado un 26% de positividad, aunque en esa entidad, el rango de edad ha sido más amplio: de los 30 a los 65 años de edad.

Martínez Montañez precisa que una de las características del VPH es que es mucho más prevalente en mujeres jóvenes, con una presencia muy alta en menores de 30 años. Sin embargo, en esas edades la mayoría de las infecciones resultan transitorias, por lo que el cuerpo las elimina de manera espontánea y natural. En cambio, es a partir de los 35 años cuando hay más posibilidad de que sean persistentes.

La alta prevalencia del VPH

Según la OMS, el VPH es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes en el mundo. El virus incluso puede ser transmitido con el uso de condones o en relaciones monogámicas. Se calcula que el 85% de las mujeres con una sola pareja sexual antes de los 50 años ha estado infectada con VPH, mientras que el 91% de los hombres también lo están.

Esto quiere decir que todas las personas sexualmente activas tienen riesgo de infectarse por VPH. Para las mujeres, este es más alto durante la juventud, entre los 20 y 35 años de edad, pero hay un segundo pico posterior a los 45. Cuando a esa edad hay una nueva pareja sexual, existen 17 veces más probabilidades de adquirir VPH. De los más de 200 tipos de VPH, son 14 los que pueden causar cáncer, y uno solo es el origen del 70% de los cervicouterinos.

Debido a su alta prevalencia y falta de detección, la OMS lanzó en 2020 una estrategia mundial que establece tres metas centrales: que el 90% de las niñas estén vacunadas al cumplir los 15 años; alcanzar un 70% de detección de cáncer cervicouterino mediante pruebas de alta precisión antes de los 35 y de nuevo antes de los 45 –esto significa identificar a las mujeres que tienen un mayor riesgo de desarrollarlo y tratar las lesiones precursoras–, y asegurar que el 90% de las mujeres que tengan una lesión precursora o un cáncer sean tratadas.

Sin embargo, durante el primer año de la pandemia, la vacunación contra VPH disminuyó en al menos un 40% en relación con 2019, mientras que para 2021 la baja rebasó el 90%, de acuerdo con datos abiertos sobre aplicación de vacunas de la Secretaría de Salud federal.

Además, según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022, solo el 43.7% de las adolescentes refirieron haber recibido una dosis de vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). Martínez Montañez subraya que, aunado a la caída en la cobertura de vacunación durante la pandemia –que no se ha recuperado–, el descuido en los programas de detección impacta en las tasas de mortalidad por cáncer cervicouterino.

México, con una mortalidad sostenida desde hace más de seis años

La funcionaria reconoce que aún hay un tramo importante que cubrir para la recuperación de los niveles prepandemia de vacunación contra el VPH. Desde su experiencia apunta que, en general, la necesidad de detección de cáncer cervicouterino es muy bien aceptada; sin embargo, aún hace falta mejorar la medición de los indicadores de seguimiento.

“Vamos a tener que trabajar mucho, porque aunque están considerados en los sistemas de vigilancia epidemiológica, tenemos que hacer una campaña muy importante con el personal médico para que se mejore el registro y pueda mejorarse el seguimiento”, dice.

Para ello, es vital utilizar cada vez herramientas informáticas más sofisticadas, pues si las estrategias de detección no cuentan con buenos programas informáticos, no es posible diferenciar a las poblaciones y tener claro cuántas mujeres están diagnosticadas o no.

La especialista asegura que todos los modelos matemáticos para identificar las vías más rápidas de eliminación del virus indican que es necesario enfocarse en buscar a las mujeres que nunca se han hecho la detección o nunca se han vacunado, para asegurar que lo hagan.

La autotoma –un método mediante el que las mismas usuarias reciben un kit para tomar la muestra–, por ejemplo, mejora mucho las posibilidades de que quienes nunca se han hecho la prueba la acepten por primera vez.

En México, en los últimos seis años se han registrado más de 4 mil defunciones anuales por cáncer cervicouterino, de acuerdo con las Estadísticas de Defunciones Registradas del Inegi, e incluso se han dado leves incrementos en los últimos tres años. Durante 2022, se registraron 4 mil 253 decesos de mujeres por esta causa.

El grupo más afectado es el de más de 65 años de edad, con un 34.4% de los casos (mil 463), seguido por el de 55 a 64 con un 21.2% (899 fallecimientos) y el de 45 a 54, con 913 muertes, que representan el 21.5% del total. Todos los años anteriores la prevalencia más alta corresponde también a las mujeres de mayor edad.

Mientras en 2021, el Inegi contabilizó un total de 4 mil 240 casos, en 2020 habían sido 4 mil 211, en 2019 sumaron 4 mil 023, que representaban una leve disminución respecto a los 4 mil 139 de 2018, aunque el año previo –2017– la mortalidad por este tipo de cáncer había sido muy similar, con 4 mil 052 casos.

Otro pendiente que aún prevalece en México no es solo alcanzar niveles más altos de la cobertura de vacunación contra VPH, sino ampliar los grupos poblacionales. Para Martínez Montañez lo primero sería abarcar a mujeres de todas las edades –aunque el enfoque principal sigan siendo las niñas y adolescentes antes de los 14 años– para después llegar también a los varones.

“Se le da mucha más relevancia al cáncer de mama; en México todo el mundo sabe que octubre es el mes del cáncer de mama, los edificios se iluminan, hay muchísimas carreras, activismo, conferencias en todos lados, que es muy bueno porque hay mucho que hacer también.

“Pero se ha dejado de lado el cáncer cervicouterino, en parte por la dificultad que es que alguien lo diga, y sobre todo porque lo que nos ha sucedido como sociedad e instituciones es pensar que ya ha sido atendido... sucedió un deterioro paulatino de todos los servicios alrededor, y eso hace que hoy en día haya menos recursos también”, admite.

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