Ajetreo de Carnaval
sin perder el rigor

A diferencia de los ciudadanos que no son periodistas, nosotros no podemos dejarnos llevar ni por el miedo, ni por el rumor ni por el escándalo. Tenemos que mantenernos ecuánimes, fríos y serenos. Y así lo hicimos con la situación del malecón de los supuestos artefactos colocados en los monigotes.

Con todo y todo, estamos en medio de la máxima fiesta mazatleca, el ajetreo de Carnaval está a tope y enfrentamos lo que podría considerarse una edición atípica por estar inmersa en la peor ola de violencia que enfrenta Sinaloa en los últimos tiempos.

Las inquietudes no han faltado, las adaptaciones, tenemos que estar en la jugada, informando todo lo que implica espectáculo, fastuosidad y glamour del evento pero sin dejar de lado lo duro, lo pesado, lo difícil, la seguridad y todo lo que eso implica.

Sabedores de que no hay Carnaval sin mitote, siempre estamos listos para abordarlos sin causar más escándalo del que el propio evento amerita.

Ya el fin de semana pasada vivimos la inquietud por la denuncia de que algo pasaba en el malecón y dimos la cobertura puntual a los tres días de intenso operativo que se mantuvo en la Avenida del Mar y la zona de playa.

Los rumores iban y venían, pero nuestro rigor periodístico nos marca no caer en ellos, no difundir sin aclarar todo lo posible.

Y así lo estuvimos haciendo: Estar sí lo más posible en la zona del operativo, sondear con la gente cercana y hablar con las autoridades, insistirles sobre todo, dado que era poca la información oficial.

A diferencia de los ciudadanos que no son periodistas, nosotros no podemos dejarnos llevar ni por el miedo, ni por el rumor ni por el escándalo. Tenemos que mantenernos ecuánimes, fríos y serenos. Y así lo hicimos con la situación del malecón de los supuestos artefactos colocados en los monigotes.

Pero llegó luego la prueba de fuego cuando se filtró información de una amenaza a uno de los grupos estelares que vendría, y que finalmente no vino, a la coronación de la Reina la noche de ayer sábado.

Los primeros informes llegaron sólo como el surgimiento de la amenaza, pero desde ahí nos enfrentamos a varios dilemas obligatorios de resolver: revisar si ocurrió el hecho, revisar qué decía el mensaje y constatar que hubiera sido real, revisar cómo lo informamos sin alarmar, sobre todo para que los lectores validaran el tamaño de la amenaza.

Afortunadamente tenemos medios aliados en gran parte del País y nos ayudan mucho en las verificaciones de información. Por eso, al ser el hecho inicial de la aparición de la manta de amenaza en Tijuana, quién mejor para ayudarnos que el propio medio Zeta Tijuana, reconocido a nivel regional, nacional e internacional.

Al acudir a su directora, nos confirmó la existencia de la aparición de la manta y poco después nos confirmó el contenido, es decir, confirmamos la veracidad del hecho donde surgió la amenaza.

Conforme a eso, esperamos la publicación del propio medio Zeta y sobre ello redactamos nuestra nota.

Para cuando nosotros realizamos toda esta verificación, por supuesto que otros medios y portales informativos ya habían publicado la nota, y se movía ya por todas las redes, chats y plataformas.

Sin embargo, nuestros lectores nos preguntaban, nuestras fuentes nos insistían, esperaban nuestra confirmación porque al publicar nosotros damos esa validación.

Por eso tenemos tanto cuidado antes de publicar, nosotros no podemos exponernos a provocar alarma con nuestras publicaciones, pero sí debemos prevenir, por eso la importancia del rigor periodístico y el tratamiento ético. Porque en cuanto nosotros publicamos, los lectores tienen la certeza de que es cierto.

Además, nuestros criterios de cobertura, tratamiento y publicación de información relacionada con la violencia y el crimen organizado son muy claros en el sentido de los mensajes de los grupos criminales: no los transcribimos, no los circulamos, porque consideramos que son parte del discurso de intimidación y terrorismo de la criminalidad organizada.

Por eso lo primero era desechar que la amenaza fuera sólo un rumor y luego publicar con el cuidado necesario pero sin decir textual el mensaje para no ceder a las presiones de los grupos delictivos.

Nos tardamos, pero finalmente concretamos una nota que se subió al sitio la noche del martes y se publicó en nuestra portada principal del ejemplar impreso del miércoles.

Así enfrentamos una realidad que efectivamente no podemos eludir, pero que tratamos por todos los ángulos de publicar como prevención, no como escándalo ni como alarma.

Nuestras publicaciones en este tipo de información siempre llevan una intención de clarificar y prevenir no de alarmar, de desentrañar el hecho tal cual, fue sin provocar más inquietud de la que ya el propio hecho genera. Nos cuidamos y cuidamos a nuestros lectores para estar informando de la manera más precisa posible sin caer en inexactitudes ni rumores.

Al día siguiente de la amenaza, el miércoles, se dieron las cancelaciones de los artistas a dos de las coronaciones y vino mayor revuelo, pero el mismo día de las cancelaciones la autoridad tuvo el tino de salir a dar una rueda de prensa, la cual cubrimos y transmitimos en vivo, y eso sirvió para enfriar un poco el acelere que había en las redes y en las publicaciones, para reafirmar que la celebración del Carnaval continuaba en marcha.

Usamos esas notas para tratar una vez más de clarificar y ¿por qué no? de tranquilizar o al menos de no contribuir a la psicosis.

Finalmente el Carnaval inició, ya estamos a la mitad del evento, y aunque hemos vivido diferentes detalles durante la cobertura, hemos salido avante.

Y con detalles nos referimos, por ejemplo, a un incidente el viernes de uno de nuestros fotógrafos con elementos de la Guardia Nacional, quienes lo retuvieron y le tomaron datos (incluyendo tomarle foto a su credencial del INE, lo cual nos parece un abuso no sólo para nosotros sino para cualquier ciudadano que no está cometiendo una ilegalidad), además de retenerle la cámara por unos momentos, todo porque se les tomaron fotos en la zona de Olas Altas dado que se estaba documentando el intenso despliegue policiaco presente en Mazatlán por las fiestas.

Detalles que nos trastocan un poco, pero rápidamente nos sobreponemos para continuar.

Hoy domingo nos espera un día fuerte de cobertura por el desfile de Carnaval. Como ya le comentamos en este espacio, estaremos transmitiendo en vivo desde un templete en la Avenida del Mar. Y estaremos a ras de calle con nuestra cobertura de reporteros y fotógrafos. Además que la participación de nuestra área de marketing y relaciones públicas en la avanzada comercial del desfile.

Todas las acreditaciones ya están listas para desplegarnos en la zona del desfile, incluida las de nuestro dron, con los datos que el propio Ejército Mexicano pidió para que dichos aparatos fueran acreditados. Datos no sólo del nombre del medio, sino con nombres del operador u operadores (máximo dos) y las características técnicas del dispositivo.

En fin, así es Carnaval y aunque se cumple la máxima de que no hay Carnaval sin mitote, para nosotros está máxima va más allá y sostenemos: No hay Carnaval sin prevención.