Las elecciones en Estados Unidos prometían que el tratamiento que se le daría al tema de los migrantes sería diferente si la opción que se elegía fuera Joe Biden. Le ganó a Donald Trump y en el par de meses que tiene como Presidente, no ha dado señales de que las cosas vayan a cambiar.
Y México ahí está en una situación que parece que no va a cambiar: tal como lo hacía con Trump, colaborará con la política estadounidense en la contención de migrantes centroamericanos aún cuando esas acciones vayan en contra de la política que pregona.
Al País le conviene una relación cordial con Estados Unidos por los posibles beneficios que puede recibir si se alinea a sus políticas, como la migratoria. Como ha ocurrido recientemente.
El Gobierno de Biden ha cedido la entrega de millones de dosis de la vacuna AstraZeneca contra el Covid-19 a cambio de que México refuerce su seguridad en la frontera con Guatemala y con Belice. Y México ya está por recibir esas vacunas. Y ya ha anunciado mayores controles fronterizos al sur del país.
En los años recientes, si alguna lección ha dejado las medidas migratorias de Estados Unidos y replicadas por México es que lejos de atender las causas que originan la urgencia de la población de Centroamérica de dejar sus lugares de origen, terminan por agudizarlos.
La mayoría busca un lugar que les garantice una mejor calidad de vida, con oportunidades de trabajo, con mejores salarios, un sistema de salud y educativo que permita mejoras en su familia y sobre todo, por encima de todo, un entorno más seguro.
Contenerlos en las fronteras no resuelve su problema de origen, aunque los gobiernos de Estados Unidos y de México se han comprometido a contribuir a solucionarlo.
Sin embargo, la crisis migratoria continúa, con personas de países centroamericanos que desean dejar sus hogares para buscar nuevas oportunidades de vida y con gobiernos, el de México y el de Estados Unidos, empeñados en contenerlos, como una de las medidas para frenar el proceso migratorio que es parte de la identidad de ambos países. Y pese a esas acciones, la crisis aún persistirá.
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