La consulta que no fue

    La consulta para enjuiciar a los ex presidentes nació muerta, intentó sobrevivir en los tribunales superiores de justicia y de ahí salió convertida en una pregunta que nadie entendía y finalmente agonizó en unas casillas a las que casi nadie asistió..., es más no votó ni el Presidente, su principal impulsor.

    ¿Y por qué nació muerta? Porque desde su nacimiento hasta un niño de 6 años se dio cuenta que era más una jugada política que una verdadera intención de traer justicia a un pueblo que apenas la conoce.

    El principal cuestionamiento de los opositores a la mentada consulta era muy sencillo, ¿para qué se necesita una consulta para enjuiciar a los ex presidentes o funcionarios que hayan violado la Ley? Que los enjuicien y ya.

    Pero no, a nuestro Presidente no solo le gusta hacer las cosas, le gusta anunciarlas, convertirlas en un asunto nacional, discutirlas hasta la saciedad, utilizarlas de combustible electoral, mitote político, pues.

    ¿Y por qué decimos que la consulta naufragó en los tribunales? Porque de ahí salió convertida en una pregunta que nadie entendía.

    Los jueces le robaron su esencia política, de ahí salió sin la palabra “ex presidentes”, entonces se volvió una palabra confusa, sin gancho político, insulsa.

    Y finalmente la consulta feneció en unas casillas escasas y poco visitadas, ya sin fuelle, sin atractivo político, hasta para sus propios impulsores.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!