El período vacacional de verano ha estado resultando como se preveía para Mazatlán, con la llegada de turistas que han incrementado la ocupación en los hoteles y reactivado la economía del puerto.
Tras los eventos previos del año, como el Carnaval o Semana Santa, que permitieron una alta afluencia de visitantes, el resto de las semanas no habían sido suficientes para atraer turismo.
Por eso, el sector turístico de Mazatlán insistió en que se garantizara la seguridad en las carreteras y la vigilancia en los diferentes sitios turísticos para generar la confianza en los visitantes y por ahora se ha logrado.
A diferencia de otros puntos de la entidad, hay confianza sobre Mazatlán y esa valoración es la que se debe estar cuidando de parte de las autoridades.
El esfuerzo que se hace durante períodos especiales, como estas vacaciones de verano, deberían extenderse para que los turistas se animen a visitar al puerto y se siga mostrando otra idea sobre la ciudad.
Porque hay que reconocer que el estigma sobre Sinaloa y los hechos de violencia siguen pesando y eso no ayuda a incentivar los viajes necesarios para mantener el dinamismo en las diferentes actividades económicas que dependen de los visitantes.
Tampoco contribuyen a hechos de inseguridad que se registran en la ciudad y que además de trabajar por evitarlos, se debe actuar para dar una pronta solución.
La posibilidad de que Mazatlán se mantenga en la preferencia de los visitantes, como se ha logrado en otras temporadas, dependerá de lo que las autoridades hagan para reducir al mínimo los hechos de inseguridad.
También, se requiere de que todos los prestadores de servicios turísticos, desde el sector hotelero hasta los restauranteros, así como el de transporte y paseos, se pongan en la misma línea de ofrecer las mejores experiencias para los visitantes.
Mazatlán necesita mantenerse seguro para garantizar que el turismo se sostenga como su principal fuente de desarrollo. A nadie conviene que se repitan episodios de los que ha costado esfuerzo levantarse.
