Mala coordinación que se evidencia
El momento incómodo no lo provocó una pregunta mal hecha, sino una respuesta que evidenció algo más profundo: la falta de coordinación dentro del propio Gobierno de Sinaloa.
Durante la revisión de acciones por el frente frío, el Gobernador Rubén Rocha Moya preguntó al titular de la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable, Omar López Campos, sobre programas de atención a la población.
La respuesta fue reiterativa y puntual: eso no le tocaba a su dependencia. Una, dos, las veces necesarias para dejar claro el deslinde.
Y no, no es escandaloso que un funcionario marque límites administrativos.
En un gobierno con reglas claras, eso sería incluso deseable.
Lo preocupante es que el discurso del Gobierno estatal presume coordinación interinstitucional, trabajo transversal y atención integral a la población vulnerable, especialmente en contextos de emergencia como un frente frío.
Pero en la práctica, frente al propio Gobernador, quedó claro que cada quien cuida su parcela.
Si Bienestar no sabe qué se está haciendo para atender a personas en situación de calle, comunidades rurales o familias sin condiciones para enfrentar bajas temperaturas, entonces el problema no es de competencias, sino de comunicación interna.
El Gobernador quedó en una posición incómoda no porque preguntara de más, sino porque la respuesta exhibió que la información no fluye y que las dependencias no están alineadas, ni siquiera para escenarios previsibles como una temporada invernal.
Cuando un secretario responde “no me toca” ante un tema social urgente, el mensaje que se manda no es técnico, es político: cada área ve solo su escritorio, no a la población.
Y si eso ocurre en público, ante el propio jefe del Ejecutivo, queda la duda de qué pasa cuando no hay micrófonos ni cámaras de por medio.
Responsables que se hacen sordos
Desde hace rato que hemos criticado, en este espacio, cómo el Ayuntamiento de Navolato ha abandonado al heroico pueblo de San Pedro, que se encuentra en proceso de lograr la distinción de Pueblo Señorial.
Y parece que a la Comuna cañera solo le importa lo que hay en la calle principal y alrededor de la plazuela, dejando sus otras obligaciones, sobre todo en lugares tan concurridos como las inmediaciones del panteón y el llamado Camino Real, que es el que lleva a las cribas.
Y es precisamente a esto último que queremos llegar, pues aunque tenemos que aplaudir que por fin mandaron unos viajes de tierra y taparon las lagunas del panteón lodo podrido que se había producido por las pocas lluvias que llegaron desde mitad de año.
Pues resulta que, aunque los viajes de relleno también traían mucha piedra del rio, quedó medianamente bien en cuanto a las condiciones para el tránsito.
Toda esta maroma es para explicar que el pueblo arrastra un problema del que nadie se quiere hacer responsable, que es añejo y que se supone había ya una solución.
Resulta que desde hace mucho una empresa llegó a explotar los tesoros pétreos del rio Culiacán en la zona que atraviesa las inmediaciones del pueblo.
El tráfico concurrente de camiones pesados que llevan la carga comenzó a provocar daños en los caminos y en los terrenos y viviendas de los vecinos por el reblandecimiento de la tierra.
La solución fue abrir otro camino, alrededor del pueblo, sin embargo es común que los propios transportistas sigan haciendo oídos sordos a este acuerdo y siguen pasando con sus camiones pesados por en medio de las viviendas y los lugares concurridos.
Es obvio que el tránsito de estos camiones no tiene el mismo impacto que las motos o los vehículos familiares en la zona, por lo que su impacto viene a provocar que se formen las lagunas o que haya un hundimiento en la zona del puente y que los caminos se vuelvan muy difíciles de transitar cómo debería ser en un camino normal.
Lo peor es que no hay ninguna autoridad que se haga presente para evitar el tránsito de estos camiones por lugares en donde no se debe transitar, ni tampoco hemos sabido que haya llamadas entre la autoridad y los explotadores del rio para que eviten dañar los camiones del pueblo.
Mínimo, desde la sindicatura se deberían tomar acciones para meter en cintura a estos conductores y obligar a la misma empresa a pagar por los daños que provocaron y no esperar así que el Ayuntamiento destine sus recursos cada vez que va a ser 2 de noviembre.
La empresa debería tener reglas sobre su operación impuestas desde el gobierno local y por supuesto, por lo menos, hacerse cargo de los daños o el desgaste.
Eso sería lo más justo, porque lamentablemente nadie tampoco se ha quejado que antes los vecinos del lugar podían ir a pasar el día al rio y hoy es imposible, debido al desgaste por la explotación que estas empresas han provocado.
¿A poco de verdad a nadie le interesa?
Las fuerzas federales ya están en Mazatlán
En medio de la violencia en Sinaloa, en Mazatlán se ha visto el reforzamiento de la seguridad en la que participan elementos de los tres niveles de Gobierno.
Desde el pasado fin de semana, se observa cada vez más la presencia de elementos de la Marina, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Ejército e incluso la Municipal.
El pasado sábado se observó la presencia de la Guardia Nacional y de los llamados “Harfuch” que patrullaban en los accesos al aeropuerto de Mazatlán.
El domingo, las fuerzas de los tres niveles de Gobierno implementaron un punto de revisión en la Avenida Ejército Mexicano, entre las calles Lola Beltrán y Ferrusquilla, donde en ambos carriles revisaban aleatoriamente vehículos, sobre todo motos.
Aunque esto causó larga filas de vehículos, este hecho provocó buenos comentarios todos relacionados a que deberían de implementar estas revisiones más seguido y en diferentes puntos del municipio.
Ojalá que todo esto funcione y se tengan unas fiestas decembrinas en paz y en armonía.