Sin raspar muebles
Donde se puso bueno el mitotillo fue en la ciudad de Los Mochis, que ahora que salió el presidente del Consejo Empresarial Restaurantero, Enrique González Lugo, a tirar de manera muy sutil un buscapiés al rubro agrícola.
Y es que señaló que con los bloqueos, su gremio restaurantero estima que haya un evidente impacto en sus finanzas debido al incremento en los precios de la carne y las verduras.
Por ello, agregó, se preparan para enfrentar alzas en insumos básicos con impacto en menúes y ventas decembrinas.
Obvio que no fue un reclamo directo, entendemos también la necesidad de que se diga cómo le va a cualquiera, pero llama mucho la atención que sea tema en este extremo del estado, de donde justamente es oriundo el líder agrícola más visible en estas movilizaciones, Baltazar Valdez Armentia.
Además no es cosa menor, pues las estimaciones que dio González Lugo son incrementos de entre el 10 y 15 por ciento de sus costos habituales, es decir, ya pinta.
La semana pasada, los agricultores sinaloenses salieron a manifestarse en contra de las decisiones del Gobierno federal y a exigir nuevas mesas de diálogo, luego que sólo unos estados del País lograron acuerdos de precios de garantía y apoyos para productores del campo por sus cosechas del próximo ciclo.
Las movilizaciones se realizaron en todas las casetas del centro y norte de Sinaloa, como la de San Miguel, en Ahome; Cuatro Caminos, Guasave; Las Brisas, en Angostura, y El Pisal, en Culiacán, además del crucero de La Cruz y Playa Ceuta, en Elota.
El grupo liberó las casetas el lunes y decidieron cerrarlas al transporte el jueves por unas 10 horas.
Las afectaciones de las que habla González Lugo claro que no son por los movimientos de los sinaloenses, sino que hay lugares como Guanajuato, Jalisco o Nayarit en donde siguen movilizándose y bloqueando carreteras como medio de presión al Gobierno federal.
Se supone que en Sinaloa no habrá más movilizaciones de este tipo, porque al parecer Baltazar y su gente han decidido dar marcha atrás con el tema de bloquear las aduanas, después de no soportar la presión de los transportistas por el tema de los bloqueos en Sinaloa.
Pues ojalá que las cosas mejoren para todos, incluidos restauranteros, que el daño sea menor, y los productores, que vean cumplidas sus exigencias sin dañar a terceros.
Un parte sin trofeos
El Gobernador Rubén Rocha Moya dio por cerrado el episodio violento ocurrido en La Brecha, Guasave, con un parte de tranquilidad: “no hay detenidos relevantes”, dijo.
Traducido: la balacera más grande de las últimas semanas en Sinaloa, 13 muertos, cuatro capturados y nueve liberados no golpeó a ningún liderazgo criminal, sino que terminó siendo una operación más que suma fuego, sin tocar fondo.
El discurso del Gobernador busca proyectar control. Las cifras oficiales son más un recuento militar del corto plazo que estrategia de seguridad de medios y largo aliento. No había un objetivo claro, ni inteligencia previa sobre quiénes integraban esa célula, y a pesar de que el golpe es contundente y enseña que la Policía Estatal reacciona cada vez con mayor velocidad, no hubo mandos relevantes desarticulados.
El dato inicial es una camioneta robada que derivó en un enfrentamiento con una altísima letalidad.
Así, la narrativa de un operativo “de rutina” que acaba en una batalla campal vuelve a dejar muchas dudas: es hora que no sabemos quiénes son los abatidos.
No hay una sola cabeza visible del crimen organizado, ni un golpe que altere las estructuras del poder criminal que opera entre Navolato y Guasave.
Mientras tanto, Rocha Moya se mantiene en su papel de mediador político, insistiendo en que la zona “ya está tranquila”.
Pero la calma que se impone después de un tiroteo, más que paz, es silencio. Y en Sinaloa, los silencios también tienen dueño.
No es la primera vez que un operativo deja saldo de muertos sin nombres ni transparencia.
Es el ciclo repetido de enfrentamientos que comienzan por una patrulla, una llamada anónima o un “rastreo de vehículo”, y terminan con declaraciones que no explican quién manda, quién protege o quién pierde.
En este contexto, la frase del Gobernador “no hay personajes con relevancia criminal detenidos” preocupa porque confirma que los hombres de arriba siguen fuera del radar, y que los de abajo, los que mueren en la línea, son los mismos anónimos de siempre.
Sinaloa amanece otra vez con el eco de las balas como fondo y el consuelo oficial de que “ya todo está normal”. Normal, sí. Como desde hace 14 meses.
Bien por el objetivo, y un poquito más de pimienta
Mucho nos sorprendió hallarnos en redes sociales una campaña dirigida del Ayuntamiento de Culiacán para captar aspirantes a elementos de la Policía Municipal.
Curiosamente en el video, de apenas medio minuto, solo se habla de formaciones y profesionalización de los elementos, sin tocar el tema de la academia en la Universidad del Policía, aunque sí hay imágenes de los entrenamientos y de las patrullas que se usan en dichas prácticas.
E insistimos que nos sorprendió, porque aunque se habla del tema solo cuando se acuerdan los funcionarios del déficit o de las jubilaciones grupales, esta vez está campaña está dentro de las acciones que todos esperamos que ocurran.
Es decir, no hay mejor momento que este, en plena guerra interna del Cártel de Sinaloa, para que nuestras corporaciones policiales se quiten el pie del cuello del crimen organizado y se fortalezcan, a tal grado de que de aquí en adelante sean capaces de reaccionar a los actos de corrupción, las amenazas y las agresiones.
Las familias y amigos cercanos deben estar orgullosos de ver a sus policías, vistiendo con gallardía sus uniformes, y debe ser una pesadilla estar en la zozobra de no saber quién es la siguiente víctima de los criminales, por ello la urgencia de poder lograr unidad, profesionalización y se cierre ese caparazón que debe ser de protección para todos, como una familia, y mantener en la cabeza que son los primeros que deben defender a la sociedad en la que vive su propia familia.
El anuncio del Ayuntamiento debería decir todo esto y cambiarle la música aburridona que acompaña el video por otra cosa más emotiva y activa.
Ojalá que con este río revuelto podamos tener una policía de altísimo nivel y ¿por qué no?, pensar en tener nuestro propio grupo de fuerzas de reacción o fuerzas especiales cómo ya lo tiene la Policía Estatal y otras del País.
Pero por mientras, mucha suerte para los aspirantes y mucho ánimo porque si algo nos urge es una mejor policía.