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"30 AÑOS SIN MAQUÍO"

"'A mi papá lo han querido borrar de la historia', dice Rebeca Clouthier"

"Rebeca Clouthier todavía llora los 1 de octubre, fue la última de los Clouthier en renunciar al PAN y la primera en denunciar que en los libros de texto de la Historia de México no aparece la gesta de Maquío"
29/09/2019

Ariel Noriega

Rebeca Clouthier Carrillo es un sentimiento vivo, habla de los 30 años que han pasado desde la muerte de Manuel Clouthier del Rincón, su padre, y no puede contener el llanto, pero el llanto no la contiene a ella, que sigue hablando y denunciando que a su padre lo han querido borrar de la historia de México.

Pinta en la historia una raya divisoria y asegura que México es uno antes de Maquío y otro después de él.

Y recuerda el día de su muerte, su dolor, el llanto que la acompañó desde Monterrey a Culiacán y que la sigue acompañando tres décadas después.

Después de 32 años como militante panista, Rebeca fue la última de los Clouthier en renunciar al partido que su padre hizo grande, pero se niega a renunciar a ser ciudadana de tiempo completo.

 

“Yo sí veo que México es antes y después de Maquío, y no porque sea mi papá, sino por todo lo que hizo, y también veo con tristeza que mi papá no es reconocido en la historia de México, en los libros no está. A mi papá lo han querido borrar de la historia”.

 

 

1 de octubre 

Este 1 de octubre es especial para Rebeca Clouthier Carrillo, porque recuerda que el día que murió su padre, Maquío, contaba con 55 años de edad, los mismos que tiene ella ahora.

“Cada primero de octubre vuelvo a revivirlo, porque mi papá estaba en su plenitud, murió a los 55 años, son los que yo tengo”, asegura mientras observa una pequeña estatua de su padre.

Es una versión miniatura de la estatua de Maquío que se encuentra junto a la Catedral de Culiacán, menciona que se la regaló su madre, una copia a cada uno de sus 10 hijos vivos.

“La gente no lo olvida, al gobierno es al que le apesta”.

 

“Yo sí veo que México es antes y después de Maquío, y no porque sea mi papá, sino por todo lo que hizo, y también veo con tristeza que mi papá no es reconocido en la historia de México, en los libros no está. A mi papá lo han querido borrar de la historia”.

Al igual que a sus hermanos, a Rebeca la paran en la calle para recordar a su padre, ahí es donde dice que está el recuerdo.

“La gente no lo olvida, al gobierno es al que le apesta”

Y se suelta a recordar algunos de los logros que consiguió el Maquío, junto con otros luchadores sociales.

La credencial de elector, el padrón electoral, las reformas en favor de los agricultores, la relación actual entre empresarios y Gobierno, son algunos de los ejemplos de la lucha de su padre.

“Él fue incómodo en todos lados, como agricultor puso escuela en el rancho, hizo los caminos vecinales, tuvo trabajadora social, tuvo canchas deportivas, les llevó catecismo y todo eso obligó a los otros agricultores a hacer lo mismo y se enojaban”.

 

 

El día más triste

Rebeca recuerda el 1 de octubre de 1989 como si fuera ayer.

“Yo estaba aquí en Monterrey, había ido a correr y después me fui con Tatiana a una carne asada que nos habían invitado. Estábamos en Olinalá cuando llegó Conchalupe y nos dijo que nos teníamos que regresar porque mi papá había tenido un accidente”.

En el camino nadie dijo nada, como si quisieran alargar el tiempo, pero cuando llegaron a la casa de Tatiana y vieron los reporteros esperándola se dieron cuenta que la historia las había alcanzado.

“Ahí entendimos que mi papá se había muerto, Tatiana y yo comenzamos a llorar”.

Rebeca recuerda que regresó a su casa con la vista nublada por las lágrimas, tomó unas cuantas cosas y regresó con Tatiana para tomar un avión a Culiacán.

“Cuando llegamos a la casa, en Culiacán, abrazamos a mi madre, me acuerdo que mi hermana Leticia llamaba para pedir que la esperáramos, que no fuéramos a enterrarlo sin ella”.

Pero el dolor no era todo, la casa de la familia en la Colonia Chapultepec comenzó a llenarse de gente y algunos de los visitantes no eran bienvenidos.

“Salinas nunca te va a reconocer que fue el autor intelectual, pero mira, mataron hasta a su cuñado, a su candidato, son capaces de matar hasta a su madre por el poder y yo creo que no nomás los priistas, cualquiera”.

 

 

Corren a Gutiérrez Barrios

Conociendo a sus hijos, doña Lety Carrillo habló con ellos para pedirles mucha prudencia, la tensión se sentía en el ambiente y la prioridad de ella era protegerlos. Prometieron comportarse, pero cuando llegaron los políticos explotaron.

“Llega (Fernando) Gutiérrez Barrios y toda la gente que se quiere colgar del muerto, todos los hipócritas, Cuando llega Gutiérrez Barrios mi mamá lo recibe prudentemente, pero nosotros lo corrimos”.

Fernando Gutiérrez Barrios, en ese entonces Secretario de Gobernación, llegó en representación del Presidente Carlos Salinas de Gortari.

“Decíamos: ‘¿Cómo es posible que estén aquí los autores de su asesinato?’, con que descaro. Salinas no estaba, casualmente andaba de viaje en el extranjero y mandó a a Gutiérrez Barrios y nosotros dijimos: ‘pues no’”.

La sombra de un accidente orquestado desde el poder siempre ha sobrevolado los recuerdos de aquel día, pero ni la familia ni las autoridades realizaron una investigación sobre el accidente.

“Un amigo de la familia nos platicó que (Carlos) Salinas de Gortari le preguntó que si cómo estaba la familia después de la muerte y le dijo: ‘¿pos cómo crees? devastada’, y le contesta ‘dile a la familia que no se preocupe que no les va a volver a pasar nada’, entonces ¿ese mensaje qué te dice?”.

Tres décadas después, Rebeca reclama.

“Salinas nunca te va a reconocer que fue el autor intelectual, pero mira, mataron hasta a su cuñado, a su candidato, son capaces de matar hasta a su madre por el poder y yo creo que no nomás los priistas, cualquiera”.

 

 

“A mi me tocó vivir la campaña del 86 y la del 88 y ahí pude ver todas las carencias que existen, la pobreza, la corrupción, los abusos de poder”.

 

La política en la sangre

A pesar de ser la menos conocida a nivel nacional de los tres hermanos que participan en política, Rebeca tiene más experiencia en la función pública que Tatiana y Manuel y fue la última Clouthier en abandonar el PAN.

“Cuando murió mi papá yo ya estaba en el PAN, porque me afilié en 1986, cuando andaba en la campaña de Sinaloa, pero muchos de nosotros decidieron apartarse de la política porque la política nos había quitado a nuestro papá”.

Rebeca recorrió Sinaloa y gran parte de México en las campañas del Maquío, y debido a su formación en Mercadotecnia fue la encargada de hacer los diseños de las camisetas de la campaña.

“A mi me tocó vivir la campaña del 86 y la del 88 y ahí pude ver todas las carencias que existen, la pobreza, la corrupción, los abusos de poder”.

Rebeca continuó en el PAN, donde participó en protestas que ahora son parte de la historia de Nuevo León.

“Como me quedé a vivir en Monterrey, me tocó participar en una protesta en contra del Gobernador Jorge Treviño para que reformara la ley electoral del Estado, fui al Palacio de Gobierno con un grupo de ciudadanos y algunos panistas y fuimos desalojados de las greñas, literalmente, yo tenía 22, 23 años”

Rebeca se refiere al desalojo a la fuerza del 12 de mayo de 1987 en el Palacio de Gobierno de Nuevo León, cuando un grupo de panistas, encabezados por Fernando Canales Clariond, tomaron la oficina de Lucas de la Garza, Secretario General de Gobierno de la administración del Gobernador Jorge Treviño.

Los panistas exigían la derogación de una flamante Ley estatal electoral que repetía los vicios de leyes anteriores. Las fotos del violento desalojo violento alimentaron el mito de Canales Clariond y le darían una Gubernatura en 1997.

“Ahí incursioné en la política por mi cuenta y después me tocó estar en muchas campañas electorales en Nuevo León y luego entré en la función pública”.

En 1991 se incorporó a la administración municipal de Mauricio Fernández en el municipio conurbado de Monterrey, San Pedro Garza García, donde la invitan a realizar un estudio de mercado, continúa en las dos administraciones siguientes en diferentes puestos y ganando experiencia en la función pública.

 

 

La última en el PAN 

En el 2003, Rebeca se convierte en la presidenta del PAN a nivel estatal de Nuevo León

“Me tocó recibir la dirigencia del PAN en el 2003, cuando había ocurrido la debacle, y que habíamos perdido el área metropolitana y la mayoría de los municipios, cuando yo asumí todo mundo me decía: ‘te sacaste la rifa del tigre’”.

“Recorrí el estado (Nuevo León) tres veces, puse de pie al partido, ganamos más de 16 alcaldías, recuperamos el área metropolitana a excepción de Guadalupe, logramos la mayoría del Congreso Local y 11 diputaciones federales”.

Rebeca fue Diputada local en 2012 con una votación histórica de 51 mil 069 votos en el Distrito 18, que abarcaba San Pedro Garza García y sus alrededores.

“Y en este mismo distrito, cuando competí para Alcalde (2018), perdí”.

Denunciando una traición de su propios compañeros de partidos, Rebeca entiende que su tiempo en el PAN ha terminado.

“Yo ya no estaba muy conforme con el partido desde hace tiempo, pensaba que los principios del partido eran buenos, pero cuando vi los intereses que traían las personas que dirigían el partido aquí, los que dirigían el partido a nivel nacional, de los moches y los ‘diputables’, te voy a ser sincera: a mí en la campaña me daba vergüenza decir que era del PAN”.

El 19 de diciembre de 2018, Rebeca anunció, a través de las redes sociales, su renuncia a 32 años de militancia panista, era la última Clouthier que quedaba en un partido que todavía vive del recuerdo de su padre.

 

 

“Nosotros ya pusimos nuestra parte, tienen que surgir otros líderes. Hay gente que me dice: ‘pobrecita, tu papá se murió, ay, qué chambal te dejó’, perdóname, a mí no me dejó ninguna chamba, la chamba es de todos, si queremos que México sea mejor y sea diferente tenemos que poner todos de nuestra parte”.

 

 

El legado de Maquío

Una de las obligaciones que debe de enfrentar cualquier Clouthier en la calle son las peticiones, comentarios y hasta abrazos de la gente, y Rebeca no es la excepción.

“Nosotros ya pusimos nuestra parte, tienen que surgir otros líderes. Hay gente que me dice: ‘pobrecita, tu papá se murió, ay, qué chambal te dejó’, perdóname, a mí no me dejó ninguna chamba, la chamba es de todos, si queremos que México sea mejor y sea diferente tenemos que poner todos de nuestra parte”, dice divertida.

Convencida de que solo el esfuerzo conjunto de la ciudadanía permitirá que México solucione sus problemas y se convierta en un mejor País, Rebeca asegura que nadie va a venir a salvarnos, que el trabajo lo tendremos que hacer todos juntos.

“La gente busca salvadores y yo le digo a la gente: aquí nadie va a venir a salvarnos, aquí los únicos que nos vamos a salvar somos nosotros mismos”.

Afuera de la casa de Rebeca hay un letrero que dice “vecino cumplido”, es parte de un programa de vecinos que vigilan su colonia, la mantienen limpia y en orden, predica con el ejemplo.

 

“La gente busca salvadores y yo le digo a la gente: aquí nadie va a venir a salvarnos, aquí los únicos que nos vamos a salvar somos nosotros mismos”.

 

 

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