"Lectores de CDMX, Oaxaca, Guanajuato, Durango y Monterrey quieren ayudar a Virginia"

"Desde las primeras horas de este viernes, Noroeste empezó a recibir llamadas de lectores de la Ciudad de México, Oaxaca, Guanajuato, Durango, Monterrey, pidiendo más información de la mujer y un número de tarjeta para depositar"

El caso de Virginia Celestino Sánchez, hija de jornaleros agrícolas originarios de Oaxaca, que desde hace más de 20 años está postrada en cama con una enfermedad que desconoce, interesó a lectores fuera de Sinaloa.

Desde las primeras horas de este viernes, Noroeste empezó a recibir llamadas de lectores de la Ciudad de México, Oaxaca, Guanajuato, Durango, Monterrey, pidiendo más información de la mujer y un número de tarjeta para depositar.

Dos llamadas de números locales también se recibieron, con la misma intención: ayudar a la indígena quien dice tener 24 años, pero su padre, dice que son 34. Ambos aseguran desconocer el origen de la enfermedad que la mantiene en cama.

Una enfermedad extraña empeora la pobreza de Virginia

Antonio, lector de la Ciudad de México pidió para Virginia un colchón que en los próximos días se le deberá entregar.

Carlos, originario de Durango aseguró que enviaría otro colchón para entregarlo a Virginia, quien durante más de 20 años ha vivido en un mismo lugar, pero en dos puntos diferentes. En la noche, en un cuarto y en el día, en el patio, debajo de un árbol donde hay una sucia cama.

Erick, lector de Oaxaca consideró que Virginia, además de un colchón, necesita ayuda para estudios médicos.

Aseguró que trabajar en una oficina donde todos son muy unidos, incluso, cuando fallece el familiar de algún compañero, inmediatamente todos de manera simbólica aportan algo para ayudar.

El caso de Virginia, compartió, le rompió el corazón, al ver a una persona en esas condiciones.

Humberto, lector de Salamanca, Guanajuato, mencionó que el lunes depositaría en un número de cuenta para ayudar a la joven.

Alejandro, otro lector de Monterrey pidió un número de cuenta externando que, de “poquito a poquito”, se puede ayudar.

La mujer no puede valerse por sí misma y no es dueña del control de sus movimientos corporales. A cada instante se dobla y avienta sus extremidades sin saber dónde pegarán.

Ponerse boca abajo es un viacrucis y mantenerse en esa posición, igual.

Su cintura reciente los movimientos involuntarios de todo su cuerpo, hay cansancio, dolor, desea que alguien le ayude.

"Me duele la cintura de tanto tiempo de estar doblada", manifestó en entrevista.

Desea ponerse de pie, caminar, correr, sin embargo, ni siquiera sentarse puede y para hacer sus necesidades fisiológicas, es ayudada por una hermana menor.

Pidió un colchón en mejores condiciones, así como un abanico que le ahuyente el intenso calor.

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