Si decidirse a formar una familia implica para muchas mujeres un gran reto, conjugarlo con sus aspiraciones de tener sus propios negocios lo multiplica de manera significativa.

Pero en Sinaloa, así como en diferentes partes de México, hay mujeres que decidieron apostar todo su esfuerzo por conjugar sus dos pasiones: la de tener sus propias empresas y la de guiar a sus hijos.

Estos son ejemplos de las oportunidades que hay que aprovechar para que un proyecto surgido en la juventud, o ya con la familia, no se vea truncado por el solo hecho de tener hijos.

Son ejemplos de que hay que perserverar y organizarse, con algunos sacrificios de por medio, para que cada uno de los sueños sigan por el camino correcto.

LA TERAPIA QUE SE CONVIRTIÓ EN NEGOCIO

Isabel Montiel Ramos debió buscar una terapia para poder superar un depresión posparto y encontró en las artesanías, habilidad heredada de su madre, la oportunidad de emprender su propio negocio.

Su historia, la puedes leer dando click aquí: La terapia que se convirtió en negocio

LA EMPRESARIA QUE NO SE QUIEBRA

El mismo impulso que tuvo Alba Guadalupe Loya Sandoval para fundar, junto con su esposo, su propia empresa hace 30 años, es la que ahora la empuja, junto a su familia, a luchar por mantener salud.

Su historia, la puedes leer dando click aquí: La empresaria que no se quiebra

BEATRIZ IVONNE, LA DIRECTORA

Durante 12 años no tuvo la oportunidad de ir al cine, pero Beatriz Ivonne Bueno invirtió su tiempo en atender la empresa que surgió recién integrado el matrimonio con Eusebio Acosta, pero sobre todo, de formar a sus hijos.

Su historia, la puedes leer dando click aquí: Beatriz Ivonne, la Directora

EL PARACAÍDAS QUE SÍ SE ABRIÓ

Alba Bojórquez Picos es el ejemplo de que sí se puede compaginar la aspiración de ser empresaria, madre y esposa. El proyecto de negocios fue como lanzarse en paracaídas. Para fortuna de su esposo y su amiga, sus socios, sí se abrió.

Su historia, la puedes leer dando click aquí: El paracaídas que sí se abrió