"No estoy tirando la toalla: Manuel Clouthier Carrillo"

"Después de una década de participar en política, el ex diputado federal independiente anuncia su retiro y su regreso a sus empresas; accede a explicar a los lectores de Noroeste sus razones y la apuesta por un futuro donde sean los jóvenes los que decidan el rumbo del País"
27/02/2019

Ariel Noriega

CULIACÁN._ Lo primero que aclara Manuel Clouthier es que no se ha muerto, suelta una carcajada y explica que se retira de la política activa, pero que seguirá opinando y participando desde otras trincheras.

“No estoy tirando la toalla, me estoy retirando. Pero voy a tratar de moderarme, no en las formas, en eso no voy a cambiar, pero si en el número de foros, ya no tengo ganas de andar dando entrevistas por todos lados”, explica.

El lunes, Clouthier citó a rueda de prensa para anunciar su retiro de la política activa, nunca más irá de candidato, pero de eso a que deje de opinar, imposible.

Se regresa a sus negocios, a su familia y se va para cumplir su palabra empeñada en las elecciones del año pasado, cuando pidió el voto para convertirse en Senador a cambio de irse si no ganaba.

Los 10 años que Clouthier le dedicó a la política son apenas la punta de la montaña, detrás hay miles de anécdotas, la historia de su padre, Maquío, la rabia de su muerte, de luchar contra un sistema que, en lugar de aniquilarlo, lo hizo más fuerte.

Se va el Clouthier político y nos quedamos con el Clouthier ciudadano, el que cree que serán los jóvenes los que deben de reconstruir el País y no los viejos que actualmente lo gobiernan.

Se va Clouthier, pero si alguien pensaba que se iba a quedar callado, déjeme contarle que anda más filoso que nunca.

 

La historia

Manuel Clouthier reflexiona: “¿Si no hubiera muerto mi padre, sería yo el mismo?”.

Y se responde que no, que su muerte sospechosa lo hizo sacar la casta, pelear contra todo y contra todos para sacar los negocios adelante, para asegurar el futuro de sus hermanos, de su propia familia.

Recuerda el día que se dio cuenta de quién era hijo, de la dimensión que cobraba su padre, un hombre que siempre supo que se jugaba la vida, pero que no había otro camino para cambiar un País rehén de un grupo en el poder.

“Estaba chamaco yo, allá por los años 70, en la época de las invasiones de tierra, era un ambiente muy tenso, muy pesado. Maquío, siendo agricultor, era el blanco perfecto para estarlo invadiendo y estarlo jodiendo porque desde entonces era incómodo.

“Llegó una noche a la casa, estaba muy cansado, estaba agotado, estábamos chiquillos nosotros y acostumbrabamos sentarnos a la mesa todos. Nos sentábamos por edades y a mi me tocó estar a inmediatamente a su derecha y voltea y me dice: ‘hay dos tipos de gentes contra los que tenemos que luchar, los que pisan y los que se dejan pisar’”.

Clouthier se acomoda en el sillón y mirá hacia dentro, describiendo sucesos como si ocurrieran en una película: la defensa de la tierra, las reuniones en un hotel de la Ciudad de México, las campañas electorales, las amenazas, el miedo por los hijos, las ganas de cambiarlo todo, pero a una velocidad fulminante, como si el tiempo de Maquío fuera limitado.

El sinaloense de enorme figura, campeón de los guantes de oro en sus tiempos universitarios, el de las carcajadas y las mentadas de madre que hacen temblar las redes sociales, habla de su padre y es un niño, un adolescente que incluso se atreve a recordar una poesía.

“Él tenía prisa, prisa por vivir, le gustaba aquella poesía de Manuel Gutiérrez Nájera, titulada Para entonces. ‘Morir, y joven, cuando la vida nos dice aún: ‘soy tuya’, aunque sepamos bien que nos traiciona’. Te lo digo porque él tenía prisa, prisa por vivir”.

El 1 de octubre de 1989, Manuel Clouthier contaba con 28 años, se había casado y un día antes había cenado con su padre. Se encontraba pescando cuando fueron a avisarle que su padre había sufrido un accidente.

“Una indignación terrible, porque en el fondo sabías que el sistema lo había matado. Me sentí indignado, me sentí solo y sentí una profunda tristeza”.

Desde ese momento, la pregunta no es si Manuel Clouthier hijo entrará a la política, la pregunta era ¿cuándo?

 

La política

Manuel Clouthier entra a la política por la puerta grande, después de sacar adelante los negocios que le había dejado su padre y de crear los propios, es invitado por el PAN para convertirse en Diputado federal en 2009, aunque no militaba en el partido desde 1990.

Pero el “amor” dura poco, Clouthier se separa de la bancada panista y se convierte en diputado sin partido, iniciando la lucha para crear una ley que permita las candidaturas independientes.

“Una de nuestra luchas, que logramos conquistar en 2014, fue que se aprobara la ley de las candidaturas independientes. Quedó una ley muy inequitativa, discriminatoria, con requisitos irracionales y desproporcionados, pero logramos que hubiera una ley”, recuerda.

Y con esa ley, Clouthier contiende por una diputación federal en Culiacán, convirtiéndose en 2015 en el primer diputado federal independiente en la historia de México.

De ahí en adelante, las candidaturas independientes se convertirían en la razón de ser de su lucha, manteniendo la coherencia hasta el último día.

“A mi me buscó Andrés Manuel en agosto de 2015 y me invita a ser candidato a Gobernador por Morena en 2016, pero yo ya no creo en los partidos, yo ya había sido elegido diputado independiente”.

Y después de Morena, le llegó la invitación del Partido Acción Nacional, de donde asegura le llegó un ofrecimiento millonario para la campaña.

“En enero de 2016 me busca Anaya para que fuera el candidato a Gobernador por el PAN y me dice ‘aquí están 50 millones de pesos para la campaña’ y le dije no, gracias. A los dos les dije que no porque no creo en los partidos, ¿cómo voy a ser candidato con ellos si no creo en los partidos?”.

En 2018, Clouthier le pide a los sinaloenses su voto para contender por una senaduría. Su apuesta es simple, si lo eligen senador competirá por la Gubernatura en 2021, pero si pierde se despedirá para siempre de la política activa.

El 1 de julio el “fenómeno Morena” arrasó con las aspiraciones de Manuel Clouthier, la suya fue la última de los cuatro fórmulas.

“Hoy lo único que estoy haciendo es cumpliendo mi palabra. El problema de la gente es que, muchas veces, cuando les dices las cosas no te cree y yo si las cumplo, esa es la diferencia”.

 Expresivo e intenso, como es su característica, Clouthier asegura que se va contento, pero no satisfecho.

Sus razones

Sin estructura partidista y sin dinero, Manuel Clouthier basó todo su capital político en su trayectoria empresarial y su integridad como persona, pero el día de la elección el voto no le favoreció.

“Por eso fue tan dolorosa la elección del 2018, porque me di cuenta que nada, absolutamente nada había contado. Mi apuesta siempre fue que iba a contar el prestigio, tu trayectoria iba a contar y nada contó”.

Clouthier se retira por un acto de coherencia, pero también porque considera que es tiempo de disfrutar a su familia, su primera decisión fuera de la política fue ponerse a dieta.

“Desde los 28 años ha sido puro trabajar para otros y hoy creo que me toca trabajar para mí. Lo primero que decidí es ponerme a dieta”.

Sin falsos sentimentalismos, Clouthier les contesta a todos aquellos que le pidan que siga en la política.

“No me creo que soy un elegido de Dios para salvar a Sinaloa, ni que me parió Zeus, ni la chingada, yo no me creo eso”.

Y para los que crean que se ha retirado de todo, les tiene una sorpresa, su lucha ahora será en favor de los jóvenes, todos aquellos que estén interesados en luchar por un mejor México.

“Estoy decidido a meterle tiempo y dinero a los jóvenes. Hago un llamado para que sean los jóvenes los que ocupen los espacios que estamos dejando y que sea ellos y no los viejos, los que aseguran que van a construir el México del siglo 21”

Al empresario que comenzó a trabajar desde muy joven, le preocupa que la política esté alejada de los jóvenes y hace una comparación con el mundo empresarial.

“En el ámbito de los negocios siempre dije que la generación entre 38 y 53 años es la generación que debe rifar en una sociedad, ya de 60 para arriba tú chamba es otra, de presidente del consejo, pero ya no debes de estar dirigiendo porque si no te llevas una generación. Eso lo creo en los negocios y lo creo en la sociedad”.

Y de su preocupación pasa a su preocupación porque sean los adultos mayores los que reconstruyan a México.

“Yo no veo que los jóvenes estén tomando sus espacios en la sociedad…, lo dije el día que hice pública mi decisión de retirarme de la política: no van a ser los viejos de 80 años los que construyan el México del siglo 21”.

Y pone de ejemplo los proyectos que actualmente ocupan el tiempo y los recursos de los políticos en el poder.

“Si tú revisas la historia te vas a dar cuenta que la Guardia Nacional es del Siglo 19, el proyecto del Istmo de Tehuantepec es del siglo 19”.

Y después de criticar vuelve a sonreír, con la misma mirada traviesa y el mismo aplomo que siempre tiene para opinar. Pero al final del día tiene que hacer un balance de sus años en la política.

“Concluyo este ciclo, contento, más no satisfecho”.

 

Periodismo ético, profesional y útil para ti.

Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.


Suscríbete
Regístrate para leer nuestro artículo
Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


¡Regístrate gratis!