"'Quiero decirle que su mamá nunca dejó de buscarlo'. Tras 6 años, Sandra se reencuentra con los restos de Carlos"
Sandra está afuera del edificio del Servicio Médico Forense. Está a punto de reencontrarse con su hijo Carlos, quien fue desaparecido hace más de seis años, y cuyos restos fueron hallados en una zona enmontada de Bachigualato, a finales de 2018.
La tarde del martes terminó el calvario que comenzó desde que ya no supo nada de su hijo, reavivó cuando le notificaron que las pruebas de identificación genética dieron positivas el martes 2 de diciembre y se alargó por otra semana hasta que le entregaron los restos.
La madre agradeció al colectivo En busca de nuestros desaparecidos de Navolato, que dirige Icela Ramírez Jiménez.
“Yo buscaba a Carlitos”, dice.
“Para mí es un tema muy difícil, porque tenemos más de seis años buscando a mi hijo, hasta que Dios puso en mi camino a Icela, puso en mi camino a Icela para que me hicieran todas las pruebas correspondientes, porque en aquel tiempo me hicieron caso omiso sobre mis peticiones”.
Asegura que desde la desaparición de Carlos, el 13 de septiembre de 2014 y después de interponer la denuncia, tuvo que dejar el trabajo, porque faltaba muy seguido por acudir a la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado y esperar respuestas o indicaciones sobre qué hacer.
“... y nunca tuve nada, ni siquiera un citatorio ni nada”, lamenta.
“En aquel tiempo trabajaba para Mercado de importaciones y pues dejaba mucho tiempo solos a mis hijos; lamentablemente mi hijo pues se juntó con malas compañías y así pasó lo que pasó, pero no pensaba yo que le hubieran dado esta muerte tan cruel. Tan cruel, tan dura, tan difícil de aceptar”.
El caso de Carlos se tardó en la identificación, según le explicaron a Sandra, porque había carpetas diferentes con sus restos óseos.
“Nos dijeron que por esa demora de esta última carpeta nos los iban a entregar hasta el viernes”, explica.
“Entonces el viernes nosotros fuimos y nomás no, no hubo respuesta, y ahí estuvimos y se comprometieron de que nos iban a hablar el lunes, y pues ellos (su familia) que viene de allá del rancho y que no tiene la solvencia para andar haciendo gastos, pues deja su trabajo por andar apoyándome a mí”.
Sandra es la única de su familia que se mudó a radicar en Culiacán, los demás se quedaron en El Chamizal, un pueblo al noroeste del municipio de Navolato y cuyos habitantes se dedican en su mayoría a labores del campo, incluidos los tíos y tías de Carlos.
“Ese es mi gran duda, ahorita no sé, con qué es lo que me voy a encontrar, porque yo quiero ver a mi hijo, yo quiero ver sus restos, yo quiero decirle que su mami nunca se cansó de buscarlo, que día a día yo estuve pidiéndole a Dios para que él regresara y nunca imaginé que esa muerte tan cruel le iban a dar, porque él era un muchacho noble, bueno”, señala.
“Y la verdad no pensaba esto... yo pensé que me iban a decir que estaba preso en alguna cárcel del estado, algo así, que fuera a buscarlo, pero no contaba con esta muerte tan cruel que le dieron”.
Los restos de Carlos fueron encontrados a finales de 2018, pero hace tres meses Sandra se unió al colectivo que dirige Icela Ramírez, una mujer que busca a su hermano Julio César desde hace nueve años. Las pruebas dieron positivo después de que la Fiscalía hizo una comparación entre los restos de Carlos y las que se ingresaron de su madre hace tres meses.
“Hace tres meses me hicieron el examen de ADN, porque ella (Icela) me llevó, ella tocó puertas y en el mismo día hizo todos los trámites, los restos se encontraron el 2018, ellos (la Fiscalía) tenían el ADN registrado, pero no tenían el mío, porque no se habían hecho cuando puse la denuncia”, señala.