Ante Trump, Claudia levanta la voz

    No sabemos aún qué va a hacer en realidad Donald Trump o hasta dónde va cumplir sus amenazas al iniciar su mandato este 20 de enero en los temas arancelarios, migratorios y del crimen organizado relacionados con México; pero, por lo pronto, ya sabe que tiene frente a él a una Presidenta que no se intimida, que es muy inteligente y que ya empieza a unir a su alrededor a importantes sectores de la sociedad mexicana.

    Un rasgo cultural muy extendido en la sociedad estadounidense, sobre todo entre la población blanca conservadora o liberal, es que no respetan gran cosa, o nada, a quien no sabe defenderse, a quien no sabe alzar la voz. Incluso, ellos, a la inversa, la levantan frente a quien sea, aun estando fuera de sus fronteras. Quienes hemos convivido mucho con ellos dentro o fuera de su país lo hemos podido testimoniar amplia y frecuentemente. En Mazatlán, donde es común relacionarse con ellos, hay miles de personas que pueden comprobar cómo es que ellos, particularmente cuando surge un problema y están molestos, levantan mucho la voz y quieren imponerse sobre su interlocutor. Suelen juzgar las cosas de acuerdo con sus normas y costumbres sin, muchas veces, conocer las costumbres, las leyes y los hábitos de la gente local.

    Por el contrario, los estadounidenses suelen respetar más a quien sabe levantar la voz, a quien sabe defenderse. Lo cual no quiere decir que, necesariamente, en una discusión y/o ante un problema le concedan la razón al que tiene enfrente. No obstante, saben que su interlocutor sabe defenderse, tiene carácter.

    Esta breve disquisición que sirva para entender las polémicas entre Donald Trump y Claudia Sheinbaum y los intereses que cada quien defiende.

    Varios comentaristas mexicanos, como los periodistas Raymundo Rivapalacio, Loret de Mola o el historiador Héctor Aguilar Camín y varios más, han dicho que, ante las declaraciones amenazadoras de Trump contra México y su gobierno, la Presidenta Sheinbaum ha respondido con una nacionalismo ramplón e ingenuo, y que ella y su aparato diplomático no ha sabido acercarse a Trump y su equipo para empezar a negociar acuerdos entre los dos países.

    Tengo una opinión muy diferente, apoyándome en los párrafos introductorios de este artículo.

    La doctora Sheinbaum, lo primero que ha hecho es decirle a Trump que tiene enfrente a una Mandataria que representa a una nación soberana y digna a la que se tiene que respetar. Y lo ha dicho con tacto y ciertamente con tonos sarcásticos frente al lenguaje ofensivo y simplista del hombre naranja.

    No sabemos aún qué va a hacer en realidad Donald Trump o hasta dónde va cumplir sus amenazas al iniciar su mandato este 20 de enero en los temas arancelarios, migratorios y del crimen organizado relacionados con México; pero, por lo pronto, ya sabe que tiene frente a él a una Presidenta que no se intimida, que es muy inteligente y que ya empieza a unir a su alrededor a importantes sectores de la sociedad mexicana. Uno de ellos, que no tuvo la mejor relación con AMLO, salvo excepciones, es el que componen las cúpulas empresariales del País.

    En efecto, con la presentación del Plan México, observamos reacciones favorables de los principales hombres de negocios mexicanos aun con reservas pero a la vez con buenas expectativas. Uno de ellos es, no sin sorpresa, Claudio X. González Laporte, el padre de Claudio hijo, quizá el más constante y radical opositor de la 4T. Ellos ven que el Plan y el escenario que abre la relocalización de inversiones internacionales abre posibilidades de desarrollo para sus negocios y de un crecimiento anual de la economía mexicana que oscile alrededor del 3 por ciento, el cual sería muy positivo.

    El escenario real para ver la evolución del Plan México será a partir de que empiece a gobernar Donald Trump y ver qué efectos van a tener sobre nuestra economía las tarifas arancelarias que él pretende imponer. Por lo pronto, el hombre naranja ya anunció la creación de una oficina recaudadora de impuestos externos, la cual ya indica que es muy probable que el magnate cumpla con sus amenazas y planes, aunque suavice algunos de ellos.

    Las relaciones de México con Estados Unidos a partir del 20 de enero serán, al parecer, las más difíciles y escabrosas en muchas décadas, pero, a pesar de que hay mexicanos que apuestan a que Trump estrangule a la administración de la Presidenta Claudia Sheinbaum, la enorme legitimidad de la inquilina de Palacio Nacional, ahora reforzada con el apoyo de los empresarios más importantes del País y los decisivos pasos que se están dando en seguridad, salud y el Plan México, hacen pensar que la mujer que encabeza las tareas sexenales de la República está haciendo las cosas bien, imponiendo poco a poco su estilo de gobierno y diferenciándose claramente de López Obrador en los tres puntos que arriba señalo. Sheinbaum mantiene los programas sociales, el corazón programático de la 4T, pero en otros aspectos centrales marca su distancia de lo que hizo el tabasqueño, aunque refuerza con las nuevas reformas políticas el carácter hiper presidencialista, centralizador y semiestatista que fue construyendo el fundador de la 4T.

    Posdata

    Trump ha invitado a su toma de protesta a los presidentes más derechistas del mundo y, salvo ellos, ningún otro primer Mandatario asistirá a la ceremonia. El hombre naranja, indudablemente, es el líder de la extrema derecha internacional. Por cierto, ¿quién dijo que el imperialismo ya había fenecido?