El extravío de un gobierno sin rumbo

11/08/2022 04:16
    En menos de un año el gobierno de Rubén Rocha se ha degradado por sus propios méritos. Estamos en presencia de una administración sin carácter y sin agenda propia. No hay rumbo. El de Sinaloa no es un gobierno independiente y federalista, parece más una filial de la Presidencia de la República, que para colmo de todo no le brinda nada particular a los sinaloenses, más allá de proyectos inviables como la planta de amoniaco en Topolobampo o el abandonado Centro Integralmente Planeado en Teacapán.

    En menos de un año el gobierno de Rubén Rocha se ha degradado por sus propios méritos. Estamos en presencia de una administración sin carácter y sin agenda propia. No hay rumbo. El de Sinaloa no es un gobierno independiente y federalista, parece más una filial de la Presidencia de la República, que para colmo de todo no le brinda nada particular a los sinaloenses, más allá de proyectos inviables como la planta de amoniaco en Topolobampo o el abandonado Centro Integralmente Planeado en Teacapán.

    Cuando Morena ganó Sinaloa con tan aplastante contundencia, casi todos nos imaginamos que este llegaría a ser un gobierno en verdad diferente. Tenían todo para detonar una nueva etapa de desarrollo en el estado. Ni siquiera había un frente de Oposición que les entorpeciera el camino. El problema fue que se dejaron llevar por el embrujo de la Cuarta Transformación, una idea hueca y genérica que no ofrece ningún asidero realista.

    ¿Cómo fue que este gobierno extravió el rumbo en tan poco tiempo? Como ya es evidente el primer error fue la alianza con el Partido Sinaloense en plena campaña electoral. Los universitarios fueron los que inicialmente se percataron de la incongruencia y lo tomaron como un acto de traición. En lugar de cumplir la promesa de liberar a la UAS, Morena decidió pactar con quienes someten el águila hacia la cúspide, con tal de asegurar el triunfo en la Gubernatura.

    Ya en el poder la primera gran disyuntiva de Rocha fue tomar una decisión sobre qué hacer con el caso de la planta de amoniaco en la bahía de Ohuira. Esa fue la prueba de fuego que determinaría el carácter de su administración. Se sabía que el de Ahome era un megaproyecto depredador del ecosistema, y que desde hacía tiempo era promovido por Labastida y Mario López Valdez.

    Por algunos años la instalación de la planta había sido contenida gracias al activismo de grupos ecologistas. Necesitaban que la autoridad se pusiera de su lado. Pero en cambio el nuevo gobierno estatal decidió impulsar el complejo industrial, por ser este una prioridad estratégica del Presidente (más no de la comunidad), y para justificar su empeño convocaron a una consulta popular con la intención de hacer creer que la gente era la que anhelaba su construcción. La segunda traición llegó por esa vía, y el movimiento social “Aquí No” es prueba irrefutable del agravio.

    Más tarde el Gobernador se volvió a meter en apuros, cuando desde la dirigencia nacional del partido le ordenaron movilizar a todos los morenistas en el estado para que hicieran promoción en favor de la Revocación de Mandato impulsada por su líder López Obrador, a pesar de los impedimentos legales que restringían a cualquier funcionario participar en actos proselitistas. Este fue el punto de quiebre para el Gobierno estatal. El día del mitin, bajo el puente negro, Rubén Rocha cruzó la línea, apartándose de una vez para siempre del cumplimiento estricto de la ley que le mandata la Constitución.

    A partir de ahí, ya no hubo escrúpulos que detuvieran al Gobernador. Lo siguiente fue deshacerse de los contrincantes políticos, aunque esto implicara utilizar las instituciones del Estado para deponer a representantes elegidos de manera democrática. Así comenzó la cacería en contra del Alcalde de Culiacán, quien terminó siendo destituido y reemplazado por un ahijado del mismo Gobernador. Las formas estaban completamente rebasadas.

    Esta acción trajo severos cuestionamientos al Congreso del Estado, encabezado por el líder de la bancada de Morena, Feliciano Castro, que fue quien orquestó el golpe de Estado en Culiacán. Pero las críticas ya no solo eran por la manera tan abusiva de utilizar el poder, sino que ahora la ciudadanía les comenzó a reprochar el por qué no se enjuiciaba también al Alcalde de Mazatlán, esto luego de darse a conocer las adjudicaciones directas con las que Luis Guillermo Benítez favoreció a la empresa Azteca Lighting, durante la compra de unas luminarias a sobreprecio.

    La parcialidad y el cinismo con que opera este parlamento, con todo y los patéticos partidos de Oposición, volvió a relucir ahora que el Tribunal Electoral determinó que el Gobernador había incurrido en 10 delitos electorales durante la promoción de Revocación de Mandato, y ante lo cual, los diputados decidieron perdonar al Mandatario estatal desestimando la sentencia que claramente lo hace responsable de infringir las normas que hacen posible la convivencia política. Y aunque si bien no les corresponde imponer una pena, los legisladores mínimamente pudieron dar visto a la Fiscalía para que los actos no quedaran en la impunidad. No lo hicieron, y eso es una omisión grave que también los hace responsables.

    Las pasadas votaciones para renovar la asamblea nacional de Morena dejaron al descubierto toda una serie de irregularidades que se han convertido en el pan de cada día en esta institución. Así no hay quien les crea cuando se dicen sorprendidos por la manera en que el PAS coló a su gente, siendo que fueron ellos mismos los que les abrieron la puerta desde un inicio. Pues sobre aviso no hay engaño.

    Hoy, luego de unos meses desastrosos, el Gobernador busca supuestamente enmendar el camino, y esta semana despidió a varios funcionarios afiliados al PAS que todavía permanecían en la burocracia. El error en esta ocasión es que, así como salen los pasistas, así mismo llegan los priistas, con Fernando Pucheta a la cabeza, creando más desconcierto entre los militantes morenistas que no encuentran acomodo en la administración.

    Por eso, a estas alturas ya nadie sabe bien de qué se trata Morena en Sinaloa. Y si Rocha es inteligente, bien le convendría cerrar filas con la gente de su entera confianza, apartarse un poco de la Cuarta Transformación, e imprimirle algo de cordura y legalidad a su gobierno. Los resultados son lo único que lo pueden salvar de una debacle monumental.