Lo bueno y lo malo del primer año de Claudia

03/10/2025 04:02
    Hay municipios de México en donde les pegó de todo como en Escuinapa al sur de nuestro Sinaloa. En donde el hospital general del pueblo ha pasado semanas sin aire acondicionado, haciendo que pacientes y personal médico soporten temperaturas infernales, al tiempo que la violencia escala a niveles de bombardeo palestino y el saqueo en carreteras hace presa a un tráiler cargado de material para papelerías.

    No eran pocos los que decían que Claudia Sheinbaum Pardo sería un títere de cuerdas jaladas desde “La Chingada”, rancho donde vive el ex Presidente López Obrador. Se equivocaron. La Presidenta de México, a un año de tomar posesión del cargo, goza de una simpatía y popularidad mayor que la del tabasqueño.

    Los números lo dejan claro, cumplidos sus primeros 12 meses de gobierno tiene una aceptación del 78 por ciento y para estas mismas fechas, Andrés Manuel tenía un 72 por ciento (Enkoll, octubre 2025).

    La Presidenta tiene el respaldo de las y los mexicanos porque ha demostrado independencia en sus decisiones. Una política de seguridad radicalmente diferente a los “abrazos y no balazos”, con un Secretario de Seguridad Pública cargado de facultades -informales, pero vigentes- en decisiones políticas y gubernamentales que lo hacen la pieza clave en su gobierno.

    Por otro lado, los mexicanos le reconocen a Claudia Sheinbaum el bien llevar de las complicadas negociaciones con Donald Trump, que pasó de las amenazas arancelarias a la cooperación en materia de combate al tráfico de armas. El Mandatario norteamericano ha sido un negociador duro, en algunos puntos prepotente y soberbio con el Gobierno mexicano. Pero aún con todo, no ha dejado de reconocer el liderazgo y las virtudes de la Presidenta, que es, según lo ha dicho: “una mujer elegante y estupenda”.

    Por último, los programas sociales, que no dejó de atender, por el contrario, amplió la base para que más de 32 millones de familias mexicanas recibieran algunos de los beneficios de los programas del Bienestar nombrados así por su antecesor. 836 mil millones de pesos, según la Presidencia de la República, que llegan de manera directa al 82 por ciento de todos los mexicanos.

    Pero no todo son elogios y aplausos, México sigue bajo el fuego criminal, y a pesar de los intentos y esfuerzos de las autoridades por cambiar la narrativa que nos pone en los ojos del mundo como una nación con severos problemas de crimen y violencia. Las y los mexicanos siguen creyendo que la inseguridad pública es el tema irresuelto más preocupante para todos.

    Lo es también el tema de la corrupción, sobre todo en aquellos casos donde son funcionarios y ex funcionarios de la actual o pasada administración los que se ven involucrados en dichos actos. El huachicol fiscal que involucró a los más altos mandos de la Marina Armada de México, el caso de La Barredora y de Adán Augusto, el de Monreal y el cacicazgo familiar en Zacatecas o el de Noroña y su millonaria casa en Morelos.

    Pero sin dunda, el tema más sentido, que no ha podido ser resuelto y sigue estando en la queja permanente de los mexicanos es el de la salud pública, y aquí sumamos el desabasto de todo tipo de medicamentos, las pésimas condiciones de algunos hospitales y centros de salud que no tienen ni lo elemental para atender a los pacientes, o la temporalidad de las citas de consulta y atención de especialistas que en algunos estados del país se dan en plazos superiores a seis meses, muchas veces con resultados fatales.

    Para rematar: Hay municipios de México en donde les pegó de todo como en Escuinapa al sur de nuestro Sinaloa. En donde el hospital general del pueblo ha pasado semanas sin aire acondicionado, haciendo que pacientes y personal médico soporten temperaturas infernales, al tiempo que la violencia escala a niveles de bombardeo palestino y el saqueo en carreteras hace presa a un tráiler cargado de material para papelerías. El triste caso del perro ñengo al que más se le suben las garrapatas. Luego le seguimos...