Redes sociales

DUEÑEZ* EMPRESARIA
Nos toca cuidar que al ejercer la Dueñez no nos convirtamos en cuellos de botella
Nuestras organizaciones necesitan ser más ágiles. Su cultura organizacional tiene que marchar hacia delante, con mayor apertura, con una superior calidad de diálogo, con mucho mejor manejo de las discrepancias y del fracaso. Lo peor que nos puede pasar es que los dueños nos volvamos estorbo, freno, limitante.

“En negocios como el nuestro las redes sociales no funcionan para atraer clientes”, afirmó la empresaria en la reunión anual con su comité ejecutivo. Esa fue su respuesta ante el planteamiento de uno de sus directivos de seguir impulsando las campañas de marketing digital.

Me pareció que se estaba matando una idea que, aunque ya muy manoseada, tal vez ameritaba continuar explorándose. Pero la verdad en el fondo yo coincidía con ella en su decepción respecto al uso de las redes sociales como medio de promoción de ciertos servicios. Nosotros ya llevábamos dos años invirtiendo sin éxito en distintos intentos de atraer clientes a través de ellas.

De vuelta en mi firma se volvió a tratar el tema. Ya habíamos trabajado con dos empresas especializadas con resultados imperceptibles. El equipo comercial me convenció de no rendirnos y seguir intentándolo.

Poco después acepté ser entrevistado por Ildefonso Avilez, un brillante profesional de Culiacán, que, con una hora de diálogo con él, generó con su equipo una serie de cápsulas sobre temas de Dueñez que han tenido un alto impacto en las redes.

Simultáneamente a la divulgación en línea de esos podcasts con Ildefonso, hemos continuado los eventos de presentación de nuestro libro “Viraje Estratégico”, publicado por la casa editorial Penguin Random House, con el Tec de Monterrey en varios de sus campus en México. Ahora los resultados han sido extraordinarios. Nos han llovido los empresarios interesados en conocer nuestros servicios.

¿Qué sucedió esta vez? ¿Por qué ahora si funcionaron las redes sociales para atraer clientes? Son varias las razones del éxito: la calidad del contenido, la claridad de los mensajes, la fuerza de Ildefonso, el entusiasmo de los directivos de algunos campus del Tec, la voluntad de mi equipo, y seguramente varios factores más.

Lo importante es no habernos rendido, es haber seguido intentando con diferentes enfoques hasta que empezamos a dar con la combinación adecuada. Parece que así son las redes sociales, un tanto caprichosas. Demandan una elevada dosis de persistencia hasta que uno encuentra el camino.

A unos les sirve Facebook, a otros X (antes Twitter), o LinkedIn, o YouTube, o TikTok, o cualquier otra plataforma. Probando va uno descubriendo con cuál obtiene mejores resultados.

El mismo experto funciona con unos sí y con otros no.

Lo que marcha bien y responde evoluciona a mucha velocidad. Es un mundo inestable y desconcertante. La única constante es seguir intentando con distintas estrategias, expertos, influencers, plataformas, mensajes, contenidos. Hasta que le pegamos a una. Esa hay que explotarla a fondo hasta que se agote... y luego seguir explorando.

Sí es obvio que estos medios de difusión no funcionan igual para todos los productos y servicios; pero es claro que cada vez responden para dar a conocer más y más marcas. Los empresarios tenemos que ponernos al corriente con el marketing digital, con la analítica de datos, con los ecosistemas de plataforma, con la inteligencia artificial aplicada, con la cultura de innovación, con tantas y tantas cosas.

La transmutación digital de nuestras empresas es obligatoria

No podemos atrasarnos. El riesgo de disrupción surge por todos los flancos. Las oportunidades también se presentan por todos lados. La Dueñez de la tecnológica solo podremos ejercerla efectivamente si actualizamos nuestra comprensión de todos estos avances.

Nuestras organizaciones necesitan ser más ágiles.

Su cultura organizacional tiene que marchar hacia delante, con mayor apertura, con una superior calidad de diálogo, con mucho mejor manejo de las discrepancias y del fracaso. Lo peor que nos puede pasar es que los dueños nos volvamos estorbo, freno, limitante.

La Dueñez se conjuga con el verbo renovar.

Esa es nuestra tarea ahora, convertirnos en pivotes, en agentes de cambio, en líderes transformadores. Siempre hemos afirmado que el optimismo del empresario solo es eficaz cuando jugamos con realismo el rol de promotores de óptimos, de catalizadores de las nuevas relevancias, porque las de antes se oxidan cada vez más rápido.

* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois

-

c_dumois@cedem.com.mx

http://www.cedem.com.mx

“En negocios como el nuestro las redes sociales no funcionan para atraer clientes”, afirmó la empresaria en la reunión anual con su comité ejecutivo. Esa fue su respuesta ante el planteamiento de uno de sus directivos de seguir impulsando las campañas de marketing digital.

Me pareció que se estaba matando una idea que, aunque ya muy manoseada, tal vez ameritaba continuar explorándose. Pero la verdad en el fondo yo coincidía con ella en su decepción respecto al uso de las redes sociales como medio de promoción de ciertos servicios. Nosotros ya llevábamos dos años invirtiendo sin éxito en distintos intentos de atraer clientes a través de ellas.

De vuelta en mi firma se volvió a tratar el tema. Ya habíamos trabajado con dos empresas especializadas con resultados imperceptibles. El equipo comercial me convenció de no rendirnos y seguir intentándolo.

Poco después acepté ser entrevistado por Ildefonso Avilez, un brillante profesional de Culiacán, que, con una hora de diálogo con él, generó con su equipo una serie de cápsulas sobre temas de Dueñez que han tenido un alto impacto en las redes.

Simultáneamente a la divulgación en línea de esos podcasts con Ildefonso, hemos continuado los eventos de presentación de nuestro libro “Viraje Estratégico”, publicado por la casa editorial Penguin Random House, con el Tec de Monterrey en varios de sus campus en México. Ahora los resultados han sido extraordinarios. Nos han llovido los empresarios interesados en conocer nuestros servicios.

¿Qué sucedió esta vez? ¿Por qué ahora si funcionaron las redes sociales para atraer clientes? Son varias las razones del éxito: la calidad del contenido, la claridad de los mensajes, la fuerza de Ildefonso, el entusiasmo de los directivos de algunos campus del Tec, la voluntad de mi equipo, y seguramente varios factores más.

Lo importante es no habernos rendido, es haber seguido intentando con diferentes enfoques hasta que empezamos a dar con la combinación adecuada. Parece que así son las redes sociales, un tanto caprichosas. Demandan una elevada dosis de persistencia hasta que uno encuentra el camino.

A unos les sirve Facebook, a otros X (antes Twitter), o LinkedIn, o YouTube, o TikTok, o cualquier otra plataforma. Probando va uno descubriendo con cuál obtiene mejores resultados.

El mismo experto
funciona con unos
sí y con otros no

Lo que marcha bien y responde evoluciona a mucha velocidad. Es un mundo inestable y desconcertante. La única constante es seguir intentando con distintas estrategias, expertos, influencers, plataformas, mensajes, contenidos. Hasta que le pegamos a una. Esa hay que explotarla a fondo hasta que se agote... y luego seguir explorando.

Sí es obvio que estos medios de difusión no funcionan igual para todos los productos y servicios; pero es claro que cada vez responden para dar a conocer más y más marcas. Los empresarios tenemos que ponernos al corriente con el marketing digital, con la analítica de datos, con los ecosistemas de plataforma, con la inteligencia artificial aplicada, con la cultura de innovación, con tantas y tantas cosas.

La transmutación
digital de nuestras
empresas es obligatoria

No podemos atrasarnos. El riesgo de disrupción surge por todos los flancos. Las oportunidades también se presentan por todos lados. La Dueñez de la tecnológica solo podremos ejercerla efectivamente si actualizamos nuestra comprensión de todos estos avances.

Nuestras organizaciones necesitan ser más ágiles

Su cultura organizacional tiene que marchar hacia delante, con mayor apertura, con una superior calidad de diálogo, con mucho mejor manejo de las discrepancias y del fracaso. Lo peor que nos puede pasar es que los dueños nos volvamos estorbo, freno, limitante.

La Dueñez se conjuga
con el verbo renovar

Esa es nuestra tarea ahora, convertirnos en pivotes, en agentes de cambio, en líderes transformadores. Siempre hemos afirmado que el optimismo del empresario solo es eficaz cuando jugamos con realismo el rol de promotores de óptimos, de catalizadores de las nuevas relevancias, porque las de antes se oxidan cada vez más rápido.

* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois

Periodismo ético, profesional y útil para ti.

Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.


Suscríbete
Regístrate para leer nuestro artículo
Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


¡Regístrate gratis!