“Que los ciudadanos puedan evaluar a su Presidente a mitad de mandato y puedan, con su voto, refrendarle su confianza, o quitársela si así lo consideran, es un paso importante para un país democrático. Y es un elemento esencial en los cambios sustantivos que se vienen impulsando por parte del gobierno de la cuarta transformación, para sentar bases firmes en el establecimiento de la democracia”.

    Existe tensión en el mundo por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Esperamos en esa crisis se imponga la paz como solución de la controversia, por las implicaciones que pueden desencadenarse; es muy importante para el mundo el rumbo que tome ese diferendo entre esas dos naciones.

    Mientras, en nuestro País, los del INE siguen aferrados a obstaculizar el proceso de revocación del mandato. Siguiendo la estrategia de los partidos opositores de la Alianza por México, no quieren se establezca el precedente para, en lo sucesivo, los ciudadanos puedan destituir a un Presidente mediocre o corrupto; ese hecho aterra a los prianistas, porque esos partido no conciben un gobierno honesto, pues tienen los genes de la corrupción en su ADN, han sido parte intrínseca de su formación y su autoritaria forma de gobernar.

    Que los ciudadanos puedan evaluar a su Presidente a mitad de mandato y puedan, con su voto, refrendarle su confianza, o quitársela si así lo consideran, es un paso importante para un país democrático. Y es un elemento esencial en los cambios sustantivos que se vienen impulsando por parte del gobierno de la cuarta transformación, para sentar bases firmes en el establecimiento de la democracia.

    Los ciudadanos apoyan los cambios impulsados por el gobierno para instaurar la democracia, para que los partidos que gobernaron en el pasado con escandalosos métodos de corrupción nunca más vuelvan al poder político en esta gran nación. Los ciudadanos no les perdonan el saqueo histórico que realizaron durante el periodo neoliberal. Conociendo sus prácticas de gobierno, los ciudadanos se quedan anonadados por lo extremo de sus actitudes atrabiliarias, llevadas a cabo sin rubor alguno. Por lo que observamos en el presente, actúan políticamente con descarado cinismo, como si no hubiera pasado nada en los gobiernos que encabezaron. Eso se llama perder la memoria o cretinismo sin límite.

    Vamos a ver nuevamente el rechazo de la ciudadanía en las elecciones del próximo mes de junio, en las seis entidades donde habrá elecciones para gobernadores. En nuestra predicción, los ciudadanos van a volver a desdeñar a los candidatos de esos partidos, pese a las pérfidas maniobras del INE para favorecerlos. Los ciudadanos sí tienen memoria y no perdonan los escarnios del pasado. Conocen a la mayoría de los políticos de esa caterva de partidos coligados en un frente común, identificados por su ideología y partidarios de los intereses de las élites, siempre en contra de los núcleos sociales que forman la mayoría ciudadana, siempre en contra de quienes producen el capital con su fuerza de trabajo, mientras una minoría se apropia de la plusvalía en sus empresas.

    Que los empresarios tengan ganancias no está mal, en lo que no estamos de acuerdo es que algunos patrones les niegan sus legítimos derechos a los trabajadores. En el presente sexenio se han dado importantes cambios en las relaciones obrero-patronales, esto es importante para consolidar el reconocimiento mutuo. El establecimiento de la democracia en la vida nacional es algo significativo y significa aspirar a un Estado de bienestar para la sociedad en su conjunto.

    Los cambios promovidos por el gobierno de la cuarta transformación avanzan en favor del bienestar de amplios segmentos. Mucho del coraje manifestado por los conservadores contra el Presidente, es porque los programas en favor de los olvidados de siempre, en su mayoría, son irreversibles, se establecen como norma constitucional. Poner un pan más en la mesa del pobre, darle una pensión a los adultos o una beca a los jóvenes de escasos recursos, pone los pelos de punta a los conservadores. Eso los dispone a realizar permanentes campañas mediáticas con base en falsedades, puesto que no tienen argumentos en contra del Presidente Andrés Manuel López. Pero sus campañas no les funcionan, pese a su virulencia y lo onerosas que resultan, porque son campañas en base a sofismas, no tienen fundamentos, por eso recurren a falacias.

    Mientras tanto el Presidente recorre el País, entregando buenas cuentas a los ciudadanos. Eso lo valora el pueblo: hechos no palabras en favor de la gente, sin demagogia ni falsas posturas. Los hechos hablan por sí solos, los ciudadanos los reconocen en toda su dimensión, ven resultados de manera directa en su beneficio, aprecian lo que llega a los bolsillos familiares.

    Los ciudadanos reconocen la obra social del presente régimen, por lo mismo se sienten plenamente identificados con el cambio.

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