Terca obsesión por anular a Rocha
No le atinan al vaticinar escenarios
A propósito del desespero por resolver con casi dos años de anticipación la sucesión en el Gobierno de Sinaloa, incluyendo hasta el ejercicio de clarividencia que adelanta a la ganadora o ganador de la votación del 6 de junio de 2027, persiste el afán por anular al Gobernador Rubén Rocha Moya como factor decisivo en lo que respecta a la “corcholata” del Movimiento Regeneración Nacional que buscará relevarlo en el cargo. La lógica del poder, que es la misma para todos los tiempos, emplaza a la ecuanimidad del análisis.
Desde hace rato, antes de que se le viniera encima la crisis de la seguridad pública, a una parte de la comentocracia se le volvió obsesión el planteamiento de quitarle la gubernatura al político badiraguatense. Tantas conjeturas se expusieron en tal sentido a veces tan disparatadas que sugerían que si la Presidenta Claudia Sheinbaum no lo destituía, procediera el narcotráfico a hacerlo. No hagamos ahora como que se nos olvidó esa etapa donde se invirtieron millones de pesos de origen aún no esclarecido en el “fuera Rocha”.
Es lo mismo ahora, aunque con otro propósito. Al cerciorarse de que si mantiene el cargo lo que resta de 2025 seguramente será Gobernador hasta el último día de octubre de 2027, pues el sesgo a invalidarlo como dedo elector le resulta sugestivo. ¿Y si metemos al balance la estimación que Claudia Sheinbaum y el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador le tienen a Rocha Moya, a tal grado de blindarlo contra la gran operación nacional y local que se armó para derrocarlo?
Al postular la abolición de la influencia del ahora titular del Ejecutivo estatal en la definición del sucesor, tal vez los politólogos se refieran más a la mentalidad de los gobernantes en turno que luchan por sostener el poder hasta el último día sin sombra alguna, contraria a la praxis política muy al estilo de “el rey ha muerto; viva el rey”. Una cosa es que Rocha quiera ser hasta el último minuto de su mandato el todopoderoso que es con los poderes Legislativo y ejecutivos subordinados, lo cual es muy distinto a que no tenga la posibilidad de operar la sucesión, ajustándose a las reglas del juego que ya conoce muy bien porque él en 2021 tuvo que acatarlas.
Sean gobiernos emanados del partido que sea, el modelo de la sustitución de personas en los altos cargos públicos es el mismo. Repasemos que excepto los ex gobernadores Francisco Labastida, que empujó a Lauro Díaz Castro para que tomara la estafeta en el Gobierno del Estado, y Mario López Valdez, que hasta el último momento quiso dejar a Francisco Frías Castro para que le cuidara la espalda en el relevo transexenal, los demás mandatarios estatales sí tuvieron injerencia en la determinación del sucesor. Es decir, la máxima de Juan Millán Lizárraga de “si no estás conmigo es que estás contra mí” ha permanecido vigente durante décadas desde el toledismo de inicio de los 80 hasta el rochismo actual que exige lealtades para evitar que sus ahora leales lo abandonen de un momento a otro por la vocación de saltimbanquis del poder.
Sin enredarse en las mil una hipótesis del cambio de capitán para el mismo barco en Sinaloa, es un hecho que si en estos momentos Rocha tuviera que decidir y su partido, Morena, determinara la alternancia de género, la mujer que tomaría la candidatura sería la Senadora Imelda Castro; en caso contrario si la cúpula partidista optara por un abanderado hombre, la postulación la ocuparía Enrique Inzunza Castro.
Resulta insulso rebatir la realidad en la que Sheinbaum tiene la baraja de la sucesión sinaloense y quizá ya haya marcado la carta con que jugará. Claro que le tomará opinión al Gobernador en el más indispensable acto de cortesía política, lo cual bajo ningún escenario significa que salgan peleados los mandatarios nacional y estatal, ni siquiera Imelda Castro y Enrique Inzunza.
Y a contrapelo del divertido empecinamiento de restarle autoridad y cercenarle el sexenio a Rocha, de los mismos que quieren que se vaya el Ejército, que se ausente el Estado de derecho y jubilan la gobernabilidad para llevar agua a sus molinos, nada puede descartarse de aquí al 2027, ni siquiera la eventualidad de que López Obrador quiera honrar la vieja amistad que tiene con los Berdegué de Mazatlán y sugiera que el candidato sea Julio Berdegué Sacristán, el Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México.
Entonces juguemos a especular siendo conscientes de que la realidad siempre llega puntual a resolver las hipótesis por más desafortunadas que sean.
Matizan con diferente brocha,
Similar lienzo especulador,
Y retornan los del “fuera Rocha”,
A mocharle el dedo elector.
Si bien es cierto que Paola Gárate le sirvió muy bien al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, para los fines de expulsar a priistas sinaloenses destacados que se manifestaron en rebeldía contra las trácalas de “Alito” en provecho de él mismo, la Diputada local no está del todo marginada en el partido tricolor sino que es parte de una fracción a la que quieren aislar de la coyuntura de 2027 donde se repartirán candidaturas a gobernador, alcaldes y diputados federales y locales. La Senadora Paloma Sánchez y la regidora Erika Sánchez liderarán a las mujeres que estarán en la boleta electoral dentro de menos de 24 meses.