El lunes 12 de junio, el Presidente López Obrador se negó a cumplir la orden de un juez que, después de ocho meses de trámites legales, otorgó a la Senadora Xóchitl Gálvez el derecho de réplica, para presentarse en la comparecencia mañanera del Presidente.
Esto para desmentir al Presidente que de manera abierta había puesto en palabras de la Senadora cosas que nunca dijo. La negativa presidencial provocó una ola nacional de simpatía hacia Gálvez y también despertó el interés de la prensa nacional e internacional.
La reacción ciudadana y de los medios hizo que la Senadora considerara la posibilidad de competir por la Presidencia de la República en la elección de 2024. En diversas ocasiones había dicho que solo iría por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
En entrevista con el periodista Elías Camhaji (El País, 13.06.23), Gálvez dice por primera vez que va a considerar la posibilidad de ir por la Presidencia de la República y ese mismo día en el noticiero matutino de Ciro Gómez Leyva reiteró su intención.
La negativa de López Obrador de darle la palabra otorgada por un juez la proyectó como candidata a la Presidencia. Él, como dice la Senadora, la “destapó”. Y la fuerza y capital político acumulado por la Senadora se hizo más evidente que nunca.
Gálvez en la entrevista dice: “sé que la candidatura hoy está perdida en los números, pero yo nunca he empezado una candidatura ganando”, y añade “estoy pensando dónde sirvo más, dónde soy más útil”.
Estoy convencido que en las actuales circunstancias del País donde puede servir más y ser más útil es buscando la candidatura a la Presidencia de la República por la Oposición. Tiene todo para ganarla y también para triunfar en la disputa en 2024.
Su figura genera una emoción y empatía que no despiertan los precandidatos de la Oposición y tampoco de los que ha lanzado el Presidente. Gálvez puede convertirse en una candidata como lo fue Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador.
La historia de Gálvez es única y no la tiene ninguno de los actuales precandidatos. Su vida la hace muy cercana a la gran mayoría de la población. Nació en el seno de una familia indígena que vivía en condiciones de pobreza extrema en un pueblo de Hidalgo.
De niña vendía gelatinas para ayudar al sostenimiento de su familia. En la escuela pública de su pueblo siempre fue buena alumna y lo siguió siendo hasta llegar a la UNAM donde hizo la carrera de Ingeniería en Computación.
En sus años de estudiante vivió en un cuarto de servicio en una azotea en Iztapalapa. Una vez que se graduó desarrolló una empresa de edificios inteligentes con mucho éxito. Con esa historia luego vino la política.
Xóchitl Gálvez ha vivido la pobreza extrema en carne propia y también la discriminación por su condición de indígena y mujer. Sabe de lo que habla, no son discursos. Espero decida competir por la Presidencia de México. Es ahí donde mejor sirve y sería más útil.
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.