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Consumo

Ante destrucción de desechos para que no se reutilicen, como pasa en Culiacán, sociólogo explica posibles razones

El sociólogo Juan Carlos León, especialista en consumo y sustentabilidad, explica que este fenómeno se da por el valor económico y sentimental de los productos, para evitar que la moda llegue a las clases bajas o mantener el estatus con productos caros

CULIACÁN._ La basura es muy lucrativa, pero le da la posibilidad a la clase baja de sobrevivir a través de la recolección y los productos que ahí encuentran, sin embargo algunas personas optan por dañar o manipular estos productos antes de desecharlos haciendo que no sea tan fácil su reutilización.

En días anteriores publicamos en este diario un par de notas sobre los productos de lujo y en buenas condiciones que son dañados antes de tirarse a la basura para evitar que se reutilicen o revendan.

Ante esta situación los comentarios a favor y en contra no tardaron en hacerse presentes, para ello el sociólogo Juan Carlos León Ramos especialista en temas de consumo y sustentabilidad nos da algunas de las razones por las que se presenta este fenómeno.

León Ramos explicó que esto se debe a valor económico o sentimental de los productos pero también para evitar que las modas lleguen a clases bajas o mantener el estatus de productos que no cualquiera puede comprar.

“Es un bien de consumo, es un objeto de consumo que tiene un significado que va agarrando un valor muy alto, entonces al deshacerse de ellos por la razón que fuera, pero que están en buenas condiciones, y el cortarlos o dañarlos de cierta manera para que no se reutilicen pues nos dice eso, que no haya una especie de monetización o lucren con ese desperdicio, porque seguramente van a generar un submercado donde sí se vendan a un precio importante”, explicó.

“Uno como sociólogo puede ver ese fenómeno como culto a las marcas, hacia ciertos fenómenos que son nostálgicos y que de alguna manera se convierten en un valor económico (...) y para no monetizarlo prefieren desperdiciarlo que meterlo en un ciclo de vida circular”.

De acuerdo al especialista en consumo y sustentabilidad las personas que dañan ropa, calzado, perfumes y bolsas antes de tirarlas obedece a la naturaleza de la moda, la cual funciona como una cascada, inicia en la clase alta, con el paso del tiempo surgen imitaciones o réplicas pasando a la clase media hasta llegar a la clase baja en productos de menor calidad y precio.

Cuando la moda llega a las clases más bajas, cambia y se renueva para marcar la distinción. De acuerdo a León Ramos la clase alta destruye los productos antes de desecharlos para extender el tiempo de la moda.

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“Es el consumo en cascada, donde sale algo que impone moda por parte de la clase alta por los motivos que ocurre y que van llegando, poco a poco, a la clase baja, una vez que llega a la clase baja tiene que cambiar porque entonces no se distinguirían (las clases) y en este caso cortar esa cascada lo más que se puede les garantiza que pueden durar más tiempo ostentando lo que se ha puesto de moda”, sostuvo.

La otra razón que plantea el sociólogo es una cuestión de estatus, de ostentar cierto nivel económico y social al poseer productos o artículos de marcas costosas que ninguna persona puede tener.

“Georg Simmel, en La filosofía del dinero, nos decía que la clase alta tiende a romper o tratar de no permitir el acceso a ciertas cosas por parte de la clase baja, porque perdería precisamente esa dependencia”, explicó León Ramos.

“La basura les da la posibilidad a la clase baja de sobrevivir teniendo acceso a cosas que nadie tiene acceso y para la clase dominante eso puede ser algo que no debería de pasar y por lo tanto se puede tratar de suspender o de cortarla con acciones como esa, tirar algo que todavía está en uso pero dañarlo de tal manera que no se puede reutilizar fácilmente”.

Finalmente, el académico y especialista en consumo y sustentabilidad expresó que tanto la práctica de dañar los productos antes de desecharlos como revenderlos y lucrar con ellos están mal, pues el objetivo debería ser reutilizar y reciclar.

“Para la cultura del reciclaje y de la reutilización obviamente las dos partes están mal, por el hecho de dañarlos y no permitir su reutilización y su reciclaje y los otros por lucrar con algo cuando realmente se podría utilizar de esa manera, reutilizando o en este caso los que trabajan ahí en el basurero pues reciclándolo”, concluyó.

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