La FAO llama a impulsar sistemas alimentarios resilientes en las ciudades
De acuerdo con un reporte de la FAO, las ciudades del mundo están creciendo rápidamente. Hoy, el 55 por ciento de la población mundial vive en áreas urbanas, y se espera que este número aumente al 68 por ciento para 2050. Las ciudades ya utilizan casi el 80 por ciento de la energía en el mundo y consumen hasta el 70 por ciento de los alimentos.
Está claro por qué satisfacer las necesidades nutricionales de estas poblaciones urbanas en crecimiento es cada vez más difícil, y la pandemia de Covid-19 lo ha hecho aún más difícil. Las ciudades han tenido que enfrentar nuevos desafíos, incluido garantizar el acceso a alimentos seguros, nutritivos y asequibles, incluso con movimientos restringidos y mercados cerrados.
Entonces, ¿cómo podemos fortalecer la resiliencia de los sistemas alimentarios en las ciudades?
1) Utilizar la innovación digital para mejorar las cadenas de suministro de alimentos
La innovación es una fuerza poderosa y los sistemas alimentarios resilientes deben aprovecharla. Esto significa adoptar soluciones digitales, como plataformas en línea para comercio electrónico o servicios de entrega.
En Muscat, Omán, el distanciamiento social debido a la Covid-19 obligó a su Mercado Central de Pescado a innovar. Los vendedores crearon una plataforma en línea para permitir que los pescadores y mayoristas mantuvieran ingresos incluso cuando los mercados estaban cerrados. Los trabajadores del mercado ahora suben fotos y detalles de la captura a la plataforma en línea, donde mayoristas, minoristas y restaurantes pueden ver la oferta diaria y realizar sus pedidos a través de una subasta en línea. Los jóvenes empresarios agrícolas de todo el mundo también han aprovechado de manera creativa la innovación digital, cambiando a pedidos en línea, comercializando a través de las redes sociales y aceptando pagos móviles.
La pandemia ha obligado a las personas a reestructurar la forma en que administran sus negocios, pero estas soluciones digitales más ecológicas pueden ofrecer beneficios a largo plazo. La recuperación de la pandemia es la oportunidad de transformar nuestros sistemas alimentarios.
2) Garantizar la inocuidad de los alimentos y la calidad nutricional de las dietas
La nutrición en las ciudades a menudo pasa a un segundo plano frente al ritmo de vida y la comodidad. La obesidad está aumentando en todo el mundo, pero es crucial abordarla en nuestras ciudades en crecimiento. El problema debe abordarse desde múltiples ángulos, incluida la educación nutricional para los consumidores, pero igualmente importante, el desarrollo de la capacidad de las cadenas de suministro para ofrecer alimentos más nutritivos y seguros.
Una ciudad que aborda este desafío de llevar alimentos nutritivos a las ciudades durante la pandemia es Montevideo, Uruguay, donde los ciudadanos y las organizaciones locales han implementado ollas populares, un modelo tradicional de entrega a domicilio de alimentos, frutas y verduras, a menudo directamente de los productores a los consumidores. En otro caso, los agricultores de Perú enviaron alimentos tradicionales y nutritivos a sus seres queridos que viven en las ciudades más grandes del país. Reforzar estos vínculos rural-urbanos es importante para hacer que las ciudades sean verdaderamente verdes.
3) Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos
Las ciudades producen la gran mayoría de los desechos globales: el 70 por ciento de hecho. La pérdida y el desperdicio de alimentos son particularmente preocupantes, ya que implican un desperdicio no solo de una fuente viable de nutrición, sino también de los recursos naturales que intervienen en su elaboración.
Mediante la promoción de un comportamiento de compra responsable de alimentos, la creación de formas eficientes de distribución de alimentos y el uso de soluciones innovadoras, podemos reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
El municipio de Chía en Colombia, por ejemplo, encontró una solución digital al desperdicio de alimentos durante la pandemia de Covid-19. Crearon una plataforma en línea para quienes quieran donar alimentos no perecederos, conectando productos con personas, sin salir de casa.
4) Fortalecer las empresas agroalimentarias
Fortalecer los vínculos con el sector privado a lo largo de las cadenas de valor alimentarias puede ayudar a crear modelos de negocios sostenibles e impulsar la cooperación, aumentando la resiliencia del sector.
En Milán, el gobierno municipal trabajó con el sector privado y con una organización no gubernamental durante la pandemia para desarrollar un “Sistema de ayuda alimentaria” que garantizara que las personas mayores y vulnerables tuvieran acceso continuo a alimentos frescos durante el confinamiento. El servicio utilizó el centro logístico del Banco de Alimentos y la Cruz Roja Italiana para almacenar alimentos, antes de distribuirlos semanalmente a 10 centros locales en Milán. Luego, los voluntarios prepararon paquetes de alimentos para más de 4,900 familias necesitadas. Estas alianzas se basan en las fortalezas respectivas de varias entidades para producir mejores resultados.
5) Fomentar la inversión en alimentos verdes
Un buen punto de partida para hacer que nuestros sistemas alimentarios urbanos sean más sostenibles es reverdecer las cadenas de valor alimentarias y fomentar las inversiones relacionadas. Por ejemplo, ofrecer herramientas financieras que incentiven la adopción de prácticas sostenibles, tecnología energéticamente eficiente o capacitación en prácticas resilientes al clima puede marcar una gran diferencia en la reducción de la huella de carbono del sector agroalimentario, en particular los sistemas alimentarios urbanos.
Algunas ciudades ya han comenzado a invertir en estos cambios al transformar sus puertos en “Puertos Azules”. Esta iniciativa se enfoca en conservar los recursos marinos y el medio ambiente, al tiempo que mejora las condiciones laborales y los medios de vida de quienes dependen del puerto. Vigo, España es una de las ciudades que ha adoptado e invertido en esta iniciativa. La FAO está trabajando con otros puertos del mundo para promover esta práctica.
6) Mejorar la política
La gobernanza y las políticas alimentarias son vitales en todos los niveles, desde el local hasta el internacional. Esta es la razón por la que la Iniciativa Ciudades Verdes de la FAO está trabajando con alcaldes de todo el mundo para fomentar el intercambio de ideas y estrategias y, en última instancia, informar las decisiones políticas. En el evento de lanzamiento el 18 de septiembre de 2020, los alcaldes de seis ciudades dieron testimonio de lo que ha funcionado en sus municipios. De esta manera, las ciudades de todo el mundo pueden aprender unas de otras a medida que avanzamos hacia una sociedad globalmente verde.
La pandemia de Covid-19 tuvo un gran efecto en muchas ciudades de todo el mundo y en las personas que viven en ellas. En cuestión de semanas, la disponibilidad, accesibilidad y asequibilidad de los alimentos básicos cambió drásticamente, lo que tuvo un fuerte impacto en la seguridad alimentaria y la nutrición de las poblaciones urbanas. La iniciativa Ciudades Verdes es solo un elemento del programa de recuperación y respuesta a la Covid-19 de la FAO, que ayuda a garantizar que nuestros sistemas alimentarios, en particular los urbanos, sean más fuertes y resistentes a otras crisis. La recuperación de la pandemia es la oportunidad de transformar nuestros sistemas alimentarios y reverdecer nuestras ciudades, reconstruyendo mejor para el futuro.
Omar Ahumada
Fuente: https://www.fao.org/fao-stories/article/en/c/1308247/