"Allá no se puede vivir, dicen integrantes de la Caravana Migrante en su paso por Sinaloa"
LA CONCHA, Escuinapa._ Arriesgar sus vidas al viajar en vehículos inseguros, para ellos es mejor que permanecer en sus países de origen, donde la violencia que ejercen los grupos del crimen organizado es una sentencia de muerte.
La familia Méndez Pinto, originaria de Honduras, no la pensó dos veces y decidió unirse a la caravana que busca llegar a Estados Unidos.
Nelson Méndez dejó su trabajo en una maquiladora en Honduras, y junto a su esposa Nolvia, tomaron a sus hijos de 4 y 2 años para venirse con el contingente.
"Hace seis años nos casamos, no hay trabajo en Honduras, yo soy electricista, así que agarramos a los niños, nos vamos ayudando", dice.
Ha sido difícil con los niños, la pequeña ha padecido fiebre y ha estado hospitalizada en territorio mexicano.
Pero nada los ha obligado a querer regresar a su país, seguirán en el camino.
Ana N., tomó a su niña de un año con dos meses, y con cinco meses de embarazo, huyó del Salvador por la falta de empleo y la inseguridad.
"Allá no se puede vivir, no puedes poner nada, ni un negocio, te cobran las Maras, a veces no sale nada, sólo para pagarles", señala.
Después del segundo embarazo y siendo madre soltera, no lo pensó más y tomó a su hija para unirse a la caravana, dejó así los 120 dólares mensuales que no le alcanzaban para la leche y pañales de la pequeña.
Tiene seis meses de embarazo, tendrá un varón que probablemente nazca en territorio mexicano, si no alcanzan a pasar a Estados Unidos.
Nacerá lejos del sometimiento del que los han hecho presos en su país.
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