El agua volvió a subir en La Concha, Escuinapa, después de 50 años

LA CONCHA, Escuinapa._ Casi todo el pueblo de La Concha, en Escuinapa, se mantiene en el agua.

El huracán Pamela rompió con la confianza de cinco décadas sin que el Río de las Cañas se extendiera por toda la comunidad.

En lo alto de la carretera federal México 15, los vecinos observan y lloran al ver sus viviendas, se limpian los ojos, buscan explicaciones: ¿cómo llegó a tanto el agua acabando con todo su patrimonio?.

“Decían que iba a pegar a Teacapán, pedimos que nos trajeran costales, nos pasamos la noche monitoreando el río, menos mal que fue en la mañana, como a las 12 (del día) el río se dejó venir de una, mire cómo está mi casa, tiene dos metros de inundada, todo se acabó”, expresa Aurora García González, vecina del barrio María Auxiliadora.

Algunos de sus vecinos se mantienen en los techos de sus casas o en las segundas plantas, en espera de que el agua del río baje. Parecía imposible que vieran una inundación de esta magnitud.

“Todo esto que ve, en el ‘Willa’ no lo tuvimos, en media hora subió toda esta agua, perdimos todo, perdimos todo, creíamos que no nos iba a llegar, desde el sesenta y ocho no teníamos una creciente como esta”, señala Mario Ochoa Herrera, mientras seca sus ojos y observa la casa entre las aguas.

Las lluvias del huracán Pamela hicieron que se inundaran casas y calles que tenían más de 50 años que no llegaba el río hasta sus puertas. Hoy el río se metió para dejarlos sin nada material.

Dentro de las casas los objetos materiales están en el agua, otros se fueron al abrir las puertas, la corriente estaba fuerte. Entre vecinos se ayudaron, no había nadie más que los auxiliara, indicaron.

“Me sacaron por la vía, como pudieron, todo perdí, Protección Civil no vino, nadie ha llegado, no han venido, no han venido a auxiliar, cuando veníamos para la vía, ahí iban las teles en el agua, lo bueno que aquí estamos”, expresó una adulta mayor.

Algunos adultos mayores decidieron esperar en el lugar, otros manifestaban su molestia, sienten que la autoridad municipal los dejó solos en la contingencia, que no activó protocolos preventivos a tiempo.

“Importa la vida de uno, pero de todas maneras es para que ya estuvieran ellos ayudando a las personas ¿dónde están? No han llegado, vienen con una despensa y es toda la ayuda, salimos caminando, con batallas, necesitamos que nos ayuden”, dijo María Ochoa Herrera.

Una mínima parte de la comunidad no se inundó, señalaron, sin embargo, la tristeza es general, pues fue doloroso para ellos ver cómo se queda en el agua el patrimonio que tardaron tantos años en formar.