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Maltrato animal

Despiden al perrito Rodolfo Corazón en Los Mochis

Por el asesinato del perrito, el joven José ‘L’ se puso voluntariamente a disposición de las autoridades, y fue vinculado a proceso el 26 de abril

AHOME._ Este martes fueron incinerados los restos del perrito Rodolfo Corazón en Los Mochis, y animalistas lo despidieron con la colocación de un altar.

Concluida la investigación del caso, la Vicefiscalía Zona Norte entregó los restos del perrito, que vivía en condición de calle en el Fraccionamiento Cedros y fue asesinado con crueldad el 21 de marzo, generando una ola de protestas que traspasó fronteras.

El veterinario Fernando Murrieta, propietario de Pet Palace, ofreció de forma gratuita el servicio de incineración, y en sus instalaciones se colocó un altar y se realizó un pequeño acto en memoria del perrito que se ha convertido en ícono de la lucha contra el maltrato animal.

“Rodolfo va a dejar algo muy bello, la concientización. A los legisladores que van a entrar les rogamos que tomen conciencia y que volteen un poquito hacia los animalitos, porque nosotros hacemos todo lo posible por rescatarlos y no contamos con apoyo de ningún gobierno. ¡Por favor, ayúdennos con esa ley!, el señor Quirino (Ordaz), que ya va de salida, pues la vetó, y creo que es una persona que debería también tener una conciencia hacia los animales”, expresó la activista Marta García.

Se informó que las cenizas de Rodolfo Corazón van a estar resguardadas, y la intención es colocar una estatua en la Plazuela 27 de Septiembre, ubicada en el corazón de Los Mochis.

Por el asesinato del perrito, el joven José ‘L’ se puso voluntariamente a disposición de las autoridades, y fue vinculado a proceso el 26 de abril, convirtiéndose en el primer caso de maltrato animal en el que un juez ordena prisión preventiva en Sinaloa.

Sin embargo, el imputado sólo estuvo en prisión durante once días, pues el 7 de mayo se le concedió la suspensión condicional del proceso, bajo el argumento de que el supuesto delito, tipificado como ‘maltrato o crueldad en contra de animales domésticos’, no rebasa una pena de cinco años de prisión y contempla factible una reparación del daño.

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