En medio de la ola de violencia que padece Sinaloa desde hace casi nueve meses, hay muchos temas que han requerido atención de parte de las autoridades y muchos de ellos son de urgencia con el afán de buscar restablecer la seguridad.
Sí, tal vez para muchos lo que se ha logrado no ha sido suficiente y hay que estar pidiendo a las autoridades que no dejen de hacer el trabajo que les corresponde.
Pero en medio de todas esas urgencias que ha vivido Sinaloa en este período de violencia incesante, hay sectores que requieren de una atención especial de las autoridades y tiene que ver con quienes se han visto obligados a dejar sus comunidades para buscar espacios más seguros.
Los desplazados por la violencia no hacen mucho ruido, porque lo que buscan es protegerse y encontrar esos lugares donde la violencia no sea una amenaza como las que han vivido frente a sus hogares.
Y por lo tanto, los desplazados no se nombran, o se hace muy poco, porque al no haber ese grito de auxilio como sí ocurre en otros sectores, las autoridades dan por hecho que no existen, porque no les han pedido apoyo.
Y en consecuencia, los desplazados que fueron obligados a dejar su patrimonio y su entorno, se quedan desprotegidos mientras la violencia sigue acechando en diferentes partes de la entidad.
Por ello es importante que la autoridad ponga atención a ese fenómeno, porque sí existe en las diferentes regiones de Sinaloa y hasta ahora, no ha habido una atención integral hacia ellos.
Y el Estado tiene una responsabilidad directa en que las familias dejen sus hogares y sus comunidades, pues a él le corresponde garantizar las condiciones de paz y seguridad y al menos en algunas zonas rurales y serranas de Sinaloa, no ha estado cumpliendo con ello.
Tal vez llegue el momento en que se tenga que hacer un corte de caja para medir el impacto que esta violencia ha dejado en los sinaloenses, pero mientras eso ocurre, vale más ir dando atención suficiente a quienes se han topado con el desamparo.