"Continúan Sabuesos Guerreras búsqueda de restos humanos en inmediaciones de Culiacán"

CULIACÁN._ A un par de kilómetros de los últimos fraccionamientos de la zona norte de Culiacán, el colectivo de personas con familiares desaparecidos, Sabuesos Guerreras AC, permanecen expectantes por si sale debajo de la tierra más evidencia de restos humanos.

Hasta hoy, además de que la tierra que saca la retroexcavadora está pintada de algo parecido al aceite, han sacado restos de ropa, calzado y unos 70 fragmentos de lo que parecen ser restos óseos.

Con ellos ya trabajan elementos de la Policía Investigadora.

Ayer se cumplió una semana de que el grupo comenzó los trabajos de excavación en un lugar muy cercano a los límites del complejo Urbi Villa del Cedro.

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Primero lo hicieron a pulmón, con ayuda de picos, barras y palas.

Es un lugar en el la autoridad ya habían encontrado un par de cuerpos quemados y semienterrados.

Para llegar hay que ubicar una brecha que divide Villa del Cedro y Stanza Cantabria, el recorrido, al lado de un dren, te permite ingresar a una serie de colinas y campos en los que se pueden observar parcelas, tractores, pacas para alimentar ganado y ranchos.

El lugar que hallaron las Sabuesos Guerreras es propiedad privada, pero los propietarios, según confirmaron, no han llegado al lugar.

Es parte de un terreno que se extiende por varias hectáreas y tiene los restos de una residencia con un par de cuartos en obra negra, sin puertas ni ventanas.

Desde que avisaron a la Comisión Nacional de Búsqueda, la Policía Investigadora de la Fiscalía General del Estado envió a dos agentes y también hay un Ministerio Público.

Acordonaron la zona con cinta amarilla y los civiles no pueden atravesarla, tampoco acercarse lo suficiente para tomar fotos de la fosa que han excavado.

“Todavía sigue oliendo a combustible”, señaló Rosa Neriz, una de las líderes del grupo, “pero no sabemos si es gasolina, o diesel o está mezclada con algo”.

“Nosotros creemos que puede ser un campo de exterminio o un narcolaboratorio”.

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Mientras charla, la retroexcavadora continúa arrancando lodo, piedras y algunas partes de automóviles del suelo.

Rosa hace una pausa y se avalanza presurosa al más mínimo gesto de los agentes investigadores que obligan al operador del trascabo a detenerse.

Rosa se acerca, observa, otra de sus compañeras toma fotos; y luego Rosa regresa y platica al resto de las Sabuesos que se resguarda bajo la sombra de un árbol silvestre de poca sobra. Ahí acondicionaron dónde sentarse, una mesa plegable y tienen una hielera con refrescos, agua fresca y para preparar emparedados.

Al más mínimo movimiento todas voltean y verifican.

“Han salido partes de carro, llantas, cofres, varios y además los tanques”, retoma Rosa la recapitulación de la última semana.

“Hasta ahorita van tres tanques, de esos que parecen oxígeno, pero que no sabemos qué tienen... tampoco sabemos si haya más”, aclara.

Tiene qué moverse otra vez: hallaron un zapato y los agentes lo revisan. Ya sacaron los pequeños letreros de plástico con que señalan los indicios o la evidencia en lugares en que piensan se ha cometido un delito.

“Es un zapato, un tenis, pero que no te puedo decir de qué color es, porque no se puede identificar, porque está negro, lleno de grasa”, explica Rosa.

En una de las pequeñas montañas de tierra y escombro que ha salido del terreno, hay una llanta llena de lodo que aseguran estaba enterrada.

Si te das vuelta por atrás de la línea, sugirió Rosa, vas a ver que hay una parrilla, un cofre, partes de autos.

También son visibles pedazos de ropa que parecen haber sido sumergidos en algún líquido.

“Ayer se llevaron evidencia, ropa, si te fijas en ese pedazo de tierra hay pedazos de ropa”, señala.

Según Rosa, los trabajos continuarán en los próximos días, mientras ellas continuarán en la vagoneta, con los rostros de algunos de los jóvenes desaparecidos en las lonas que cuelgan en su campamento.