"Tuvimos que correr para ponernos a salvo de fuga de amoniaco: jornalero de Guasave"

GUASAVE._ Como todas las mañanas, Luis se levantó temprano para ir a trabajar al campo, en una plantación de chile jalapeño, sin saber que sería testigo de la más grande fuga de amoniaco de la que se recuerde en Guasave por lo menos en los últimos años.

El joven realizaba labores junto con tres compañeros en la parcela que se ubica a menos de un kilómetro del punto de venta de amoniaco. Una parcela sembrada de frijol los divide.

"Andábamos trabajando cuando de pronto boom, y el sonido del amoniaco saliendo a presión, rápido se formó una nube blanca al ras de la tierra y el aire la traía para acá, lo que hicimos es que empezamos a correr y nos paramos hasta que llegamos a aquel álamo", narró.

Luis, de Corerepe, contó que uno de sus compañeros andaba arriba del tractor y también emprendió la huida a pie, corriendo entre los surcos de chile hasta llegar a una distancia prudente, lejos de la nube de veneno.

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Una vez lejos y a salvo de la nube, el trabajador del campo sacó su teléfono y tomó algunas fotografías y videos antes de que la densa estela se disipara.

"Apestaba bien macizo, todavía queda el olorcito, pero hace rato estaba mucho más fuerte, enchilaba los ojos. Si nos quedamos parados nos mata", comentó.

Justo en la zona de la parcela donde andaban trabajando cuando se presentó la fuga las plantas de chile quedaron quemadas, con el follaje renegrido y decaído, afectado por el amoniaco que circuló al ras.

"Tanto que trabajamos en esto para nada. A ver qué hace el chilango (dueño de la plantación) porque esto es pérdida total", subrayó.

Lo que más lamentó el jornalero es que con este siniestro se les acabó el trabajo con el que tenían un salario asegurado.

Arrasa fuga de amoniaco con parcelas de chile, frijol y tomatillo, en Guasave