Desplazamiento forzado en Sinaloa es un fenómeno histórico y dinámico desde 2012: Sebides
El desplazamiento forzado interno en Sinaloa no es un fenómeno reciente ni aislado, sino una problemática estructural que se ha presentado de manera recurrente durante más de una década, reconoció el secretario de Bienestar y Desarrollo Sustentable, Omar López Campos, al detallar que existe un registro histórico de alrededor de 3 mil familias desplazadas desde 2012 a la fecha.
“Hay un histórico de 3 mil familias. No es un fenómeno nuevo. Esta cosa no sucede desde hace poquito. Tenemos reportes formales institucionales del 2012 para acá. Es un tema que ha sucedido frecuentemente y que, por supuesto, requiere de atención”, expuso el funcionario estatal.
López Campos precisó que esta cifra no es estática, ya que el número de familias desplazadas sube y baja constantemente, debido a que algunas se ven obligadas a abandonar sus comunidades de origen, mientras que otras logran regresar cuando consideran que existen condiciones mínimas de seguridad.
“Es una cifra dinámica. De las 3 mil familias registradas históricas sube y baja. ¿Por qué sube y baja? Lamentablemente hay gente que no puede continuar viviendo en sus lugares de origen, pero también hay mucha gente que regresa”, explicó.
El titular de Sebides subrayó que, por tratarse de una población en situación de vulnerabilidad, no toda la información puede hacerse pública, particularmente aquella relacionada con condiciones de seguridad.
De acuerdo con el funcionario, la atención al desplazamiento forzado interno no es una tarea que recaiga únicamente en una dependencia, sino que se aborda de manera coordinada a través de una mesa intersectorial en la que participan diversas instancias del Gobierno del Estado.
“Trabajamos en conjunto porque hay una mesa intersectorial que atiende el desplazamiento forzado interno aquí en Sinaloa. No lo hacemos solos”, afirmó.
En este esfuerzo participan áreas vinculadas a derechos humanos, corporaciones de seguridad y las secretarías estatales, con el objetivo de acompañar a las familias desplazadas y, en su caso, facilitar su retorno a las comunidades de origen.
“Están involucrados los derechos humanos, los elementos de las corporaciones de seguridad, SEPyC, prácticamente todas las secretarías del Gobierno del Estado, y les ayudamos a regresar si y sólo si existen condiciones que les permitan regresar”, puntualizó.
López Campos enfatizó que el deseo principal de la mayoría de las familias desplazadas es volver a sus lugares de origen, donde mantienen no solo su patrimonio material, sino también su arraigo y memoria colectiva.
“En realidad las familias, la gran mayoría de las familias, su objetivo, su añoranza es regresar a los ranchos de donde son. Ahí tienen sus casas, tienen sus animales, tienen sus memorias”, expresó.
No obstante, recalcó que el Gobierno del Estado no puede incurrir en actos irresponsables al promover regresos sin garantías de seguridad.
“Nosotros no podemos cometer una irresponsabilidad de invitarles a regresar, no lo hacemos. Es más bien cuando ellos se encuentran y se sienten en condición de hacerlo, acompañarlos”, indicó.
Al ser cuestionado sobre la vigencia de las cifras, reiteró que los 3 mil casos corresponden a un registro histórico acumulado desde 2012.
“Esos 3 mil desplazados, familias desplazadas, es el histórico, desde el 2012 para acá”, reiteró.
Respecto a la procedencia de las familias desplazadas, el secretario mencionó que se trata de distintos municipios del estado, principalmente de zonas serranas y rurales.
“Atendemos Culiacán, Mazatlán, San Ignacio, Rosario, tenemos de Badiraguato, tenemos de la zona serrana de Culiacán, tenemos de Concordia”, enumeró.
Sobre Escuinapa, aclaró que no se trata de un foco rojo en la entidad, aunque reconoció un caso específico reportado recientemente.
“De Escuinapa no, hay una comunidad que se llama El Camarón que el presidente me reportó que hay 12 familias que sintieron la necesidad de moverse, pero afortunadamente Escuinapa no tiene ese tema, este lamentable tema, enfocado”, dijo.
El desplazamiento forzado interno ha sido documentado de manera constante particularmente en comunidades de la sierra sinaloense, donde la violencia y la inseguridad han obligado a familias enteras a abandonar sus hogares.
