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Trabajo

Ganamos poco, por eso la mayoría vestimos y calzamos de la basura, dice Esmeralda

Las condiciones laborales y los bajos salarios son la razón por la que los pepenadores de Culiacán visten y calzan con artículos que encuentran en la basura, para ahorrar y gastar en otras cosas más prioritarias

Son empleados no reconocidos, no cuentan con un salario fijo, seguridad social ni prestaciones de ley, en promedio ganan 200 o 300 pesos cada día, por ello, los pepenadores del relleno sanitario de Culiacán visten y calzan con los desechos que para alguien más es basura.

Desde zapatos, ropa y bolsas hasta muebles y enseres domésticos es lo que las más de 500 familias que trabajan en el basurón recolectan y le dan un segundo uso.

Al ahorrar en estos productos, las más de 500 familias que trabajan en el basurón logran satisfacer sus necesidades con el salario que ganan cada día.

Esmeralda Quiñones Terán, una madre soltera de cuatro menores, y 31 años de edad, trabaja como pepenadora desde hace varios años.

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Ella explicó a Noroeste que el no tener el gasto de ropa y calzado es la razón por la que ha podido mantenerlos y sacarlos adelante.

“Nos encontramos varias cosas en perfectas condiciones y las volvemos a utilizar, desde ropa, zapatos, bolsas, mochilas, de hecho mis hijos han estrenado mochilas de aquí, a veces salen mochilas en perfectas condiciones y yo me las ahorro, desde zapatos, ropa sí les compro en Navidad, pero de aquí visten y calzan”, afirmó.

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“Se podría decir que es el único beneficio que tenemos porque los sueldos son bajos, ganamos poco, pero eso nos ayuda a que nos alcance porque tampoco tenemos Seguro Social, tenemos que gastar en medicamentos, si no no nos alcanzaría para poder tener una vida digna”.

Así mismo Esmeralda comentó que hay personas que se dedican a buscar ropa y zapatos en buenas condiciones entre la basura para venderla en tianguis a bajo costo.

Explicó que estas personas son madres solteras que de esta manera llevan el sustento a sus hogares, trabajando honradamente y sin dañar a nadie.

“Sí hay personas que vienen y lo juntan para vender pero volvemos a lo mismo, son madres solteras que vienen a trabajar, le echan ganas, también se cansan y andan todo el día buscando una ropita buena para ir a vender pero esa ropa que van y venden le da educación, alimento a sus hijos”, dijo.

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“Del 100 por ciento que junta cosas en el basurón el cinco por ciento se dedica a venderlas, pero al final de cuentas es el sustento de sus familias”.

En los últimos dos años se ha duplicado la población que trabaja en el basurón, de 300 trabajadores ahora hay 500, esto por el desempleo producido por la pandemia o los desplazados por la violencia.

Esto ha provocado que las ganancias que pudieran obtener de la recolección de cartón, plástico o aluminio, se divida entre más personas, pues la cantidad de desechos es la misma.

Aunado a esto el precio de algunos materiales bajó y con ello las percepciones de cada trabajador, sin embargo el alza de precios de los productos de la canasta básica sigue en aumento y esto ha provocado que la calidad de vida de quienes dependen de la recolección de basura se vea afectada.

“Cuando los materiales suben nos va bien pero cuando bajan como ahora que bajó la chatarra, el aluminio, el bronce a nosotros también nos bajó el sueldo, y la tortilla y todo está bien caro, ganamos menos ahora”, dijo

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“Pueden ganar desde 200 hasta 300 dependiendo lo que trabajes y lo que te halles, no gana lo mismo una persona de la tercera edad y un joven de 18 años, hay quienes ganan 100 pesos en el día y otros hasta 300”.

Esmeralda Terán comentó que el no contar con seguridad social y trabajar en un espacio sin medidas de protección los riesgos son muchos, y al sufrir una lesión dejan de trabajar hasta recuperarse sin tener algún tipo de apoyo o prestación social.

“Las personas que dejan de trabajar tres o cuatro días esos días no se los pagan, no están asegurados ni nada y son días en que su familia no come, eso es lo malo de trabajar en el basurón, sin seguro sin nada, si te golpeas un pie dejas de trabajar un mes y ese mes no vas a comer, vas a batallar”, sostuvo.

Por lo anterior pidió a las personas empatía con los pepenadores, quienes viven de lo que encuentran en la basura, Esmeralda exhortó a la población a no dañar a propósito los productos que van a tirar, pues hay alguien más que le puede dar una segunda vida.

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