El legado de mamá Consuelo vive en las gorditas de Guadalupe Bush
EL ROSARIO._ Desde hace 15 años, Guadalupe Bush decidió iniciarse en la venta de antojitos como lo son las gorditas, chonguitos, atole y chocolate en El Rosario donde, afirma, es reconocida por el sabor que aprendió de su abuelita Consuelo Medrano.
Así lo explicó mientras freía cuidadosamente una gordita, como rememorando las lecciones de mamá Consuelo.
“Porque mi abuelita era la que hacía en su casa, ella me enseñó a hacerlas para que yo vendiera”, explicó.
Convertirlo en un emprendimiento, manifestó, es un orgullo al hacer producir la herencia que le dio su abuela en el sazón y los detalles que imprime en cada pieza que realiza.
“Pues para mí viene siendo como un orgullo ¿no?, pues de herencia de ella porque era ella la que las hacía, no vendía, hacía para ellos”, enfatizó.
En el barrio del rastro viejo, uno de los más antiguos, en la banqueta de su casa instaló su negocio, el cual inicia a finales de octubre y se extiende a enero o incluso hasta febrero.
A pesar de que los clientes le solicitan que mantenga la venta todo el año, afirma que es un oficio temporal, pues el resto del año hace tortillas raspadas para vender.
“Lo que pasa es que yo torteo, hago raspadas para vender, es el oficio de todo el año”.
Descartó que la situación de inseguridad que se vive le afecte, ya que su sabor es de tal agrado que desde diferentes puntos de la ciudad acuden en busca de sus productos.
“No, fíjese que no, gracias a Dios, al contrario, cada día ha estado aumentando desde que empecé”.
Sus precios trata de mantenerlos accesibles, pues las gorditas las ofrece a 8 pesos, 5 pesos los chonguitos, vaso de atole 15 pesos, vaso de chocolate a 20 pesos, litro de atole y chocolate, 60 y 75, respectivamente.
Con evidente emoción, sostiene que este oficio le ha permitido generar un ingreso para su hogar, así como sacar adelante a sus hijos junto a la venta de las tortillas raspadas.
Concluyó que mantendrá este legado que recibió por la matriarca de su familia, hasta que las fuerzas se lo permitan, con la misma dignidad y orgullo.