Museos de arte en Sinaloa muestran trabajo de creadoras que denuncia la violencia contra las mujeres

Abordar el tema del acoso, de la violencia y el abuso a través del arte es para los creadores hablar de su tiempo.

En los Tendederos Sinaloa, un ejercicio coordinado por la artista mexicana Mónica Mayer, que ha trabajado desde finales de los años 70, se abrió un espacio para que las mujeres que lo han vivido, lo expresen, lo sanen, lo hagan visible.

Abrir espacios como el Museo Regional del Valle del Fuerte, la Galería de Arte Antonio López Saenz y el Museo de Arte de Mazatlán, significa para las autoridades su granito de arena en fortalecer la expresión de los colectivos de mujeres.

También acercar al público, una mirada distinta para provocar el diálogo y la reflexión sobre una situación actual.

Un problema de todos

Para la artista visual Martha Romero es de suma importancia llegar al público a través del arte, de forma contundente, que haga reflexionar a más personas, pues el propósito del arte es justamente llegar a otros públicos.

“Es importante la presencia del arte en cuestiones de feminismo, de denunciar la violencia, el acoso, porque es un tema muy fuerte, un problema milenario que no se ha abordado correctamente porque los feminicidios siguen, el acoso sigue sobre todo por el sistema patriarcal, los hombres son los que manejan las leyes”, señala.

“Y no es un problema solo de mujeres, afecta a todos: niños, niñas, mujeres y hombres porque tenemos un mundo injusto, desbalanceado, no hay equilibrio y todos sufrimos las consecuencias, pero la balanza se inclina negativamente a las mujeres, por eso estas propuestas y manifestaciones, porque somos las más afectadas”.

En el Tendedero, Romero participa con una serie que llamó Mujeres de Papel III, una propuesta de bordado en fotografía, que representa heridas en proceso de sanación.

“En ellas hablo de la sororidad, de la sanación, de la esperanza, es muy fuerte porque está la herida, pero tenemos la esperanza, por eso luchamos, alzamos la voz, el grito callado para decir aquí estamos luchando fuerte, pero necesitamos de esa comunidad de mujeres para sanar”.

La artista Alejandra Larrondo considera que el arte hoy en día y siempre, tiene la misión de comunicar, generar diálogo y cuestionamientos para crear conciencia.

“Aunque no siempre se genere, al menos dar voz a las problemáticas, a lo que se vive en la actualidad y lo que se vive actualmente es un problema de violencia de género hacia las mujeres, y no solo en Sinaloa sino en todo el mundo”, dice.

“Es importante dar voz para que desde otras manifestaciones, no siempre las típicas, desde una experiencia, desde otra manera de relacionarnos podemos vivir y empatizar tal vez con lo que las mujeres están pasando hoy en día”.

Abrir espacios para fortalecer la voz de la mujer

Haber abierto las puertas de espacios a la colectiva “De cuerpas y territorias”, a cargo de las participantes del taller impartido por la artista Mónica Mayer, es para Papik Ramírez Bernal, director del Instituto Sinaloense de Cultura, un esfuerzo para fortalecer la expresión y la voz de la mujer.

“Mónica Mayer tiene mucha experiencia en este ejercicio que además es una manera de denunciar lo que normalmente no llega a un juzgado, tribunal o una corte”.

Lo que se escribe en el tendedero del acoso, señala, son comentarios que la mayoría de las veces quedan en el anonimato, que se conocen mucho tiempo después, ya que la persona que lo sufrió, lo procesó, lo pudo externar.

“Honestamente algunos comentarios son verdaderamente desgarradores de denuncias de aquello que en su momento no se pudo denunciar y que constituyó una falta, un delito, un acto doloroso y el arte es un vehículo ideal para poder comunicar cualquier expresión”, destacó.

“Y cuando los ejercicios son colectivos, temáticos, es mucho mejor para la audiencia, para quienes nos visitan, porque puede entender el contexto de lo que estamos evidenciando. El arte es eso, un vehículo de comunicación, una forma de expresión que permite en diferentes formatos poder exteriorizar algo que sucedió”.

En los tenderos de Sinaloa, además de las instituciones, se unieron agrupaciones independientes para fortalecer la expresión, la voz de la mujer, lo que considera puede lograr en un futuro cercano mayores condiciones de equidad.

“Mientras eso no se concrete, cualquier esfuerzo que podamos hacer desde la sociedad o del gobierno, seguirá siendo muy válido”.

El artista es la voz de su tiempo

Minerva Solano Moreno, artista y actualmente directora del Instituto Municipal de Cultura Culiacán, el arte y las expresiones artísticas son una manifestación del pensamiento, y en ellas se ve el posicionamiento del artista en torno a su época, su momento, su contexto histórico.

“Es muy importante que todos, como público, tengamos esa garantía de que todas las personas puedan expresar su opinión, hombres o mujeres. Durante mucho tiempo en el arte predominó la voz, la mirada y la presencia masculina, es por ello que se ha hablado de que ha habido un patriarcado y nuestra visión del mundo ha sido occidental, patriarcal y colonial”, reflexiona.

Que las instituciones tengan un compromiso y una perspectiva de género, añade, va con los mismos objetivos de desarrollo sostenible de la ONU de dar apertura a que todas las voces y miradas configuren nuestro entendimiento del mundo. Por lo que es importante garantizar que los espacios sean accesibles para todos y de esa manera contribuir a enriquecer el diálogo, las opiniones, ideas, pensamientos que las obras de arte traen consigo.

“Esto que se está impulsando de manera conjunta en una colaboración entre instituciones es un ejemplo de buena práctica, la coincidencia en tener este interés de abrir los espacios al diálogo, hemos invitado a la artista más importante, icónica y representativa del arte feminista en México, que es Mónica Mayer, dando continuidad a la expo de 2016 con ella y la historiadora del arte feminista que es Karen Cordero”, señala.

“De estos temas no se hablaban en los 70, el tendedero da visibilidad, el tendedero de Mónica Mayer es un espacio que permite dar voz para que las mujeres compartan experiencias y se ponga en evidencia que existe una violencia en nuestra sociedad, antes no se reconocía, ahora ya es evidente”.

Solano considera que una exposición de esta naturaleza da en primer lugar a la persona que lo sufre la oportunidad de expresarlo, lo cual ya es terapéutico. Y el público que puede apreciarlo puede verlo en una obra de arte, que a diferencia de cualquier denuncia o linchamiento público, la obra provoca el entendimiento de una situación social.

Las artistas de Sinaloa que se involucraron en este proyecto coinciden en ese interés por revisar los asuntos que conciernen a la situación de las mujeres, como mujeres artistas y lo que pueden hacer desde su posición creativa, para intervenir su realidad social.

“Siempre será interesante conocer lo que hacen artistas que están implicados en su realidad social y deciden tomar una posición y actuar sobre el mundo para cambiarlo”.

EL PRIMER TENDEDERO

La artista y activista Mónica Mayer presentó por primera vez en 1978 su pieza “El Tendedero”, en la exposición “Salón 77-78: Nuevas Tendencias en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México”, que consistió en invitar a mujeres de la ciudad a responder la pregunta “Como mujer, lo que más detesto de la ciudad es:”, en unas pequeñas papeletas color rosa.